La embajada iraní en España, ha exigido a los periódicos españoles que han publicado las caricaturas de Mahoma que pidan disculpas. Y por ahí no paso. Una cosa es respetar las creencias de los demás (yo no las he publicado) y otra exigir a los demás que no las publiquen o que pidan disculpas por hacerlo. Jamás. Nunca. En jamás de los jamases. La embajada no cita los periódicos que las han publicado (que yo sepa El País y El Periódico de Cataluña), pero quiere obligarlos a perpetrar una infamia. Y hago público mi explícito apoyo a El País y al Periódico de Cataluña para que no se rebajen, mantengan la dignidad, no cedan al chantaje cerril y velen por la libertad de expresión. Por nuestra libertad. “Todos somos daneses”, ha publicado The Boston Globe. Cierto. Yo también lo soy y nuestros políticos cuentan con todo mi apoyo para que no cedan ante el siniestro fanatismo
medieval. El que no cuenta con mi sostén es el presidente Rodríguez Zapatero del Tinell y de las Alianzas, porque ha rechazado la publicación de las caricaturas de Mahoma “desde el punto de vista moral y político”, no ha protestado por la quema de la bandera de España y ha abandonado a los daneses, al Gobierno de Dinamarca y a los europeos, para congraciarse sumiso y consentidor con los fanáticos que oprimen a la mujer, quieren bombas atómicas y ahorcan homosexuales. Y las feministas calladas como putas. Y los ecologistas, "nuclear, no gracias", callados como putas. Y los homosexuales callados como putas porque ellos sólo se manifiestan y mofan de los que les prohíben casarse y no contra los que los asesinan. Cuanta puta anda suelta… Y todas ellas ya están legalizadas. Y cotizan a la seguridad Social. Antes que en Holanda, incluso.