He leído un blog de un español que vive en Estados Unidos en el que se queja de las costumbres americanas como el abuso que hacen de los centros comerciales, que exijan siempre posavasos, que sean víctimas del consumismo o que los programas de televisión sean casi todos de sucesos, etc. Todo ello le parece al muchacho muy extravagante y se mofa de ellos. Lo critica como el tipo que va al Zoo y se extraña de las cosas que hacen los monos. Pues a mí esas "costumbres" norteamericanas no me extrañan, ni me parecen extravagantes. En absoluto. A mí lo que me sorprende es entrar en un bar en España y ver tres palmos de mierda bajo la barra, ver a gente escupiendo en la calle, oír a la gente hablar a gritos o ver programas de "sucesos rosa" en todas las teles. Y todo esto no ocurre en
Connecticut o Alabama, sino en este maravilloso país europeo que tiene el índice de lectura en biblioteca publica más bajo del mundo mientras que EEUU, el país de los paletos, tiene el más alto. O sea. Pero los cerriles antiamericanos se extrañan, y mofan, de que un americano exija posavasos, pero no de que en España un tipo pintarraje con su firma las paredes o se mee en la calle como hacen sus amiguetes del botellón. No les parece raro, porque debe de ser por aquello que decía el castizo de que los pedos propios no huelen.