Antonio F. Marín: Si eres tonto, no ruedes

16 de abril de 2006

Si eres tonto, no ruedes

La Cinemateca Francesa ha proyectado toda la filmografía de Almodóvar para rendirle un homenaje. No me extraña. Tal para cual. Supongo que se habrán intercambiado placas, banderines y plumas estilográficas, acompañado de un "vino español", digo, de un "vino del Estado español". A mí no me gusta el cine de Almodóvar, ni me gusta el cine español. Ni el francés, si exceptuamos a Robert Bresson o Kieslowski. Son unos pelmas que además no saben que lo son. Porque todos hemos hecho un viaje en tren o en avión en el que nos ha tocado en suerte un tipo o tipa que al sentarse al lado te cuenta su vida y obra sin reserva, contención o pudor alguno. Los hay graciosos que al menos te hacen el viaje más agradable y los hay pelmazos que además de aburrirte, son plomizos, sosos e insulsos. Porque su vida te importa una mierda. Y eso es lo que me pasa con Almodóvar. Y con el cine español. Que sus mediocres vidas y obras me la sudan, porque son como
ese peluquero plasta que mientras te corta el pelo te habla de lo que tú no quieres hablar porque no te apetece oír sus menudencias. Pues estos igual. O peor, porque al menos el peluquero te corta el pelo. Los otros te lo toman. Y es que el problema del cine no es la calidad técnica, ni el dinero, ni la cuota de pantalla; el problema es que todos los pelmazos después de bajarse del tren y de amargarte el viaje, se van a rodar una película. Eso es todo. No han aprendido que una imagen de una chica con las braguitas caídas que no dice nada, dice mucho más que sus miles de imágenes o palabras que no dicen nada. Pero ellos se creen tan interesantes que encima ruedan películas contándote las mismas naderías que en el viaje en tren, pero encima quieren obligarte a salir de casa y pasar por ventanilla para cobrarte. Tienen mucho morro. O son idiotas que no saben que lo son.

Mobusi