Antonio F. Marín: La censura amable

30 de mayo de 2006

La censura amable

Creo que ayer se celebró el debate sobre el estado de la Nación, pero yo preferí leer un articulo en El País de Elvira Lindo en el que refleja muy bien la situación y el estado de la Nación, cuando critica la “censura amable”; es decir, esa censura sobrevenida que los de izquierda no pueden hacer al Gobierno “para no hacerle el juego a la derecha”, según le aconsejan los suyos. Pues mis felicitaciones a Elvira Lindo y a su marido, el escritor Muñoz Molina, porque son los únicos que levantan la voz en medio del rebaño progresista que calla “las tonterías del Gobierno, para no hacerle el juego a la derecha”. Ella lo llama la “censura amable”. Yo lo llamo la sumisión al amo porque si eres libre te da igual que te acusen de ser de derechas, de izquierdas o del “Betis man que pierda”. Te resbala todo, te la suda que te encasillen aquí o allí y te descojonas de risa al ver a los sumisos consentidores, como Pepiño Blanco,
criticando y desacreditando al que es libre. Es descojonante. A mí me han llamado por aquí “fascista”, “seudoprogre”, “facha”, “pedante”, “articulista del periódico de la grapa” y “vendido a la derecha”; amén de “pajillero” y otros piropos tan deliciosos y excitantes. Y cuando escribía en “La Prensa Local” de mi querido José Luis Vergara en tiempos del gobierno de Aznar, me llamaban “de izquierdas”, “rojo”, etc, etc, porque ponía a caldo al que mandaba, pues siempre se critica al que manda y no al que oposita, pues no sé quién fue el que dijo que cuando se persigue al poder hay democracia y cuando se persigue a la oposición es dictadura. Pero ya se sabe que en este país de chichinabo y cantimpalo algunos confunden el pelo de la cabeza con el del coño, lo mezclan todo y entonces o eres de los míos o eres de los otros. Después de todo no es de extrañar desde que hemos sabido que el Código da Vinci es la Biblia de los hijos de la Logse y la canción del Koala su himno. Éste sí que es el verdadero estado de la Nación.

Mobusi