Antonio F. Marín: Upskirt real, muy real

29 de mayo de 2006

Upskirt real, muy real

He soltado la nueva novela que se llamará "Entretiempo". Son 380 páginas que completan la primera parte, "Azul y sombra". Y una vez terminada ya no está en mis manos y tras cuatro años de acunarla y arroparla, la he perdido de vista pues ahora está en la jurisdicción de José Luis Vergara que es el que la va a editar. Espero que no me la viole. Te quedas un poco vacío, es cierto y con depresión posparto, pero la verdad es que a mí ya no me pertenece. Y supongo que él me va a decir que lleva demasiado sexo y todo eso. Pues vale, pero en el fondo es una historia de amor y como le toque una coma lo capo. Es cuestión de criterios, porque he recibido un correo de una chica muy simpática que me reprocha que esté tan vacío que sólo piense en el sexo y que así lo refleje en este blog. O que le dé tanta importancia al sexo. Bueno, tanta no le doy. Yo pongo tres fotos por semana, más o menos, que es lo que se supone que suelen folgar los prójimos con su señora, novia, pareja o maromo. Así que más o menos estoy en la
media nacional. En cualquier caso, no es culpa mía porque uno está por aquí tan tranquilo siendo un niño bueno y masturbándose sólo con las sublimes y excitantes declaraciones de Zapatero (eso de que a los pueblos sólo los mueven los poetas), cuando llega la princesa de Asturias, se sube a un puente y se le vuela la falda en una escena upskirt cuya foto no reproduzco porque a ella no le ha quedado bien.

Dicen que la Casa Real ha llamado a los medios de comunicación para que no reproduzcan la foto. Yo la tengo y no la cuelgo aquí porque ella no sale bien y no es de caballeros tener o publicar fotos de señoras que no quedan bien, que no quedan monas. Por educación y no por respeto, porque ella me lo merece tanto como las demás mujeres a las que tampoco hago esas fechorías. Pero hace poco escribía que era imposible que una escena upskirt ocurriera en un puente porque había que tener mucha paciencia para esperar a que pasara una mujer con falda plisada y que en ese preciso momento soplara el viento y ha pasado, porque ya sabemos que la naturaleza imita al arte y para colmo la chica que iba por el puente no era una chica común, sino la mismísima princesa a la que se le ha volado la falda enseñando la braguita. Si lo preparas no te sale tan bien. Lo que pasa es que a mí esa muchacha escuchimizada no me pone, porque me dan ganas de darle una hucha del Dómund y ponerla a pedir. Así que cuelgo otra foto que da mucho más gusto, porque habíamos quedado en que soy un pajillero reprimido y en la vida hay que ser coherente, pues si no fuera un pajillero me entretendría organizando alianzas de civilizaciones y todo eso pero, afortunadamente, no tengo esos vicios. Soy sólo un vulgar pajillero.

Mobusi