Antonio F. Marín: Salvapatrias y salvapaces

1 de julio de 2006

Salvapatrias y salvapaces

El portavoz de los cómplices de los asesinos de niños se ha congratulado de que el presidente del Gobierno español, señor Rodríguez Zapatero, haya realizado una declaración “fundamental” para la resolución del conflicto al asumir el compromiso de respetar “lo que la ciudadanía vasca decida con respecto a su futuro". Tras largos años de conflicto, añade, “el Gobierno español ha reconocido que la negociación es el instrumento para alcanzar una solución”. Y ahora hay que seguir avanzando, insiste, “sin poner ningún límite a la decisión de los ciudadanos vascos y respetando sin condición alguna el resultado del proceso que se abra en Euskal Herria". Y el diario proetarra Gara publicaba ayer que el Gobierno español “admitió expresamente la existencia de un conflicto político". Es decir, que el Gobierno español reconoce el conflicto; ese conflicto en el que
un partido que no consigue los votos para gobernar en el Parlamento, asesina a los diputados del partido contrario con el fin de lograr con las pistolas lo que no consiguen en las urnas. Democracia deliberativa, se le llama a esto. Pero yo estoy seguro de que en las mesas de negociación el Justiciero le vas a explicar a los asesinos de niños, qué es el "republicanismo cívico" para que se lo tengan en cuenta, porque eso de que sólo lo apliquemos nosotros queda muy feo. Poco ético. Porque unos crean el conflicto para exigir que se solucione tal y como hacían los mafiosos que creaban la inseguridad quemándote el negocio para exigirte el pago de la seguridad, de la paz. Los mafiosos italianos también amaban mucho la paz y si tú pagabas la extorsión, tu establecimiento quedaba en paz. Mucha paz. Una paz infinita, porque los extorsionadores también tenían unas ansias infinitas de paz. Lo que ocurre es que uno está ya vacunado de salvapatrias, salvaplayas y salvapaces. Este es el conflicto que el Justiciero quiere solucionar aceptando la negociación con la banda de asesinos de niños “sin límite alguno y sin condición que ponga en peligro el proceso”, según dicen los asesinos. Esto es lo mismo que decían hace treinta años, aunque ahora van ya 800 muertos. ¿Qué es lo que ha cambiado…?

Mobusi