“Se arrodilló y empezó a besar el pie encerrado en un zapato de tacón alto y flexible piel de corzo, que se movía bajo su nariz. Notó la finura del tobillo. Le vio las piernas enfundadas en unas preciosas medias con costura, la orilla de unas enaguas blancas y el encaje de sus bragas. Cuando le quitó el zapato era tal su excitación que lo dejó caer sobre el otro pie”.
La institutriz inglesa - Autora anónima. Colección La fuente de jade. Alcor. Ediciones Martínez Roca (1992)