además se pasa por la entrepierna el esfuerzo, sacrificio y dolor de los españoles durante más de cuarenta años. Porque hay que volver a recordar que nos ha costado más de 800 muertos que el mundo reconociera que los cómplices de los asesinos de niños también eran terroristas. Hubo que luchar mucho para que el mundo y Europa reconociera a los cómplices de Batasuna como parte fundamental de la trama asesina. Han sido 40 años de manifestaciones, entierros y sacrificios para que los asesinos no fueran considerados en los medios de comunicación de todo el mundo como ”guerrilleros por la libertad de su pueblo”. Han sido cuatro décadas de dura lucha que nos han costado 800 muertos, muchos inválidos y un sinnúmero de humillaciones que aún duran. Pero ahora volvamos a donde estábamos y en el Parlamento Europeo se hablará de autodeterminación y de independencia. No ha pasado el tiempo, ni han pasado 800 asesinatos. Pelillos a la mar. Están muertos y hay que echar tierra encima con la lápida de un Instituto Internacional de la Paz, por ejemplo, que viste mucho esta temporada, no tira de la sisa y además luce mucho por los cursiprogres salones internacionales. La paz de los 800 muertos; la paz de los cementerios.
