El presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, nos ha revelado que en el proceso de diálogo abierto con ETA "hoy estamos mejor que hace un año" y "dentro de un año estaremos mejor que hoy". Claro. Y yo te quiero a ti hoy más que ayer, pero menos que mañana. Y en este plan de "unir lazos entrañables", sabe usted, porque a Fidel Castro lo han atendido médicos españoles y a uno le parece bien porque le deseamos que tenga una "muerta digna" y que los médicos no practiquen con él el "encarnizamiento terapéutico" que tanto repudiamos todos, incluidos los de izquierdas. Porque no es ético. Como tampoco lo es que a Sadam Hussein lo ahorquen este fin de semana aunque
se trate de otro tirano como Fidel porque cuando se está contra la pena de muerte, se está contra ella aunque el ajusticiado sea un asesino. No hay excepciones que confirmen reglas. Que nadie toque a Cain, dijo Dios, porque la venganza es mía, de haberla, que yo creo que no la habrá. No hay lugar para la venganza, ni en plato frío, por lo que uno también suscribe la petición que Amnistía Internacional ha iniciado para pedir la desaparición de la cárcel de Guantánamo. Una campaña que pretende enviar al presidente Bush una “felicitación” por el quinto aniversario de esta cárcel donde están detenidos sospechosos de terrorismo y en donde se violan los derechos humanos más elementales. Y ya puestos conviene también recordar, y sin ánimo de ofender, que Jimmy Zapatero Carter, nuestro prócer presidencial, tiene unos compinches en su Alianza de Civilizaciones que ahorcan homosexuales y apedrean adúlteras con su consentimiento, porque hay quien dice que el que calla otorga. Como mínimo. Terminamos pues el año como el pasado y lo comenzaremos como el anterior, por muchas uvas que nos echemos al gañote, aunque estaremos mejor que ayer, pero menos que mañana, según los listos.
