A Mariano Rajoy los ciudadanos no le preguntaron ayer en televisión por qué no dimitió tras perder las elecciones como se suele hacer en democracia, pero sí lo interrogaron muchas veces sobre la guerra de Irak, como es de ley y de guión oficial, faltaría más. Mejor así, porque dijo que conocía Murcia porque venía mucho a Banilla (en vez de a Abanilla), y que conocía los problemas con el riego por goteo, “que es grave”, según recalcó, cuando el riego por goteo no es grave, sino la falta de agua, que sí que es grave. Da igual, porque los regantes aragoneses creen que si se hubieran construido todas las infraestructuras que prometió Narbona, no se hubieran producido inundaciones en aquellas tierras, por lo que uno se cuida mucho de creer a
la ministra cuando nos anuncia que a Murcia vendrá todo el agua y el cielo, que nos tiene prometido. No será la excedente del Ebro, claro, porque ese agua la necesita Zapatero para seguir gobernando. Cambia agua por apoyos parlamentarios. No importa, porque por Murcia nos consuelan incluso de la circunstancia de que el río Ebro haya arrojado al mar en dos días el agua que el Levante necesita durantedos años, porque “el agua nunca se pierde y es necesario que vaya al mar”. Eso nos dictamina una catedrática de ecología de la Universidad de Murcia que además insiste en que las riadas recargan los acuíferos, limpian los suelos y transportan sedimentos y fertilizantes. Eso dice la experta, pero entonces yo no sé porque el Estado ha invertido en Murcia miles de millones de pesetas durante más de diez años, en el Plan de Prevención de Avenidas en el río Segura. No lo entiendo. Porque ese multimillonario plan evita que el agua vaya al mar, limpie los suelos, los fertilice y que transporte los sedimentos y fertilizantes que son tan necesarios para enriquecer la tierra. Todo un despilfarro de millones y de obras públicas, en fin, que ha sido inútil según la catedrática, a la que le agradezco que me ilumine porque cada día uno aprende más cosas y ahora me explico porque a mí la Universidad de Murcia nunca me ha admitido en sus aulas. Son demasiado listos para mí. Y además no beben, pero saben mucho de agua.
la ministra cuando nos anuncia que a Murcia vendrá todo el agua y el cielo, que nos tiene prometido. No será la excedente del Ebro, claro, porque ese agua la necesita Zapatero para seguir gobernando. Cambia agua por apoyos parlamentarios. No importa, porque por Murcia nos consuelan incluso de la circunstancia de que el río Ebro haya arrojado al mar en dos días el agua que el Levante necesita durantedos años, porque “el agua nunca se pierde y es necesario que vaya al mar”. Eso nos dictamina una catedrática de ecología de la Universidad de Murcia que además insiste en que las riadas recargan los acuíferos, limpian los suelos y transportan sedimentos y fertilizantes. Eso dice la experta, pero entonces yo no sé porque el Estado ha invertido en Murcia miles de millones de pesetas durante más de diez años, en el Plan de Prevención de Avenidas en el río Segura. No lo entiendo. Porque ese multimillonario plan evita que el agua vaya al mar, limpie los suelos, los fertilice y que transporte los sedimentos y fertilizantes que son tan necesarios para enriquecer la tierra. Todo un despilfarro de millones y de obras públicas, en fin, que ha sido inútil según la catedrática, a la que le agradezco que me ilumine porque cada día uno aprende más cosas y ahora me explico porque a mí la Universidad de Murcia nunca me ha admitido en sus aulas. Son demasiado listos para mí. Y además no beben, pero saben mucho de agua.
Nota.- Y mañana hablaremos de “los caladeros marroquíes” y del “traidor” Zapatero.