Antonio F. Marín: La ciencia aún tiene enemigos

1 de noviembre de 2007

La ciencia aún tiene enemigos

Iba a comentar algo de la sentencia del 11M, pero me ha dado fatiguita al ver que las víctimas no están conformes con ella y que la van a recurrir porque no les gusta que “los asesinos anden sueltos”, según una asociación , y porque “no se ha demostrado quien mandó matar a mi hijo”, según el presidente de otra asociación. Así que no seré yo el que la comente. Una encuesta del diario 20 minutos (que no es precisamente pro conspiración) revela que los lectores no creen que la sentencia aclare lo ocurrido el 11M. Y otra de El Mundo revela exactamente lo mismo. Los lectores de estos dos medios tan diferentes creen que la sentencia no aclara lo que ocurrió. Los únicos que lo tienen claro son la inmensa mayoría de los columnistas, según he ojeado por los medios digitales, que al contario que sus lectores, creen que la sentencia
lo aclara todo.
Así que no opino, porque además ando distraído desde que he leído que el sexo ayuda a preservar la salud física y psíquica; que las “relaciones íntimas” reducen la depresión en un 50%, acaban con la ansiedad y mejoran el tono muscular y cardiaco. “La ciencia avala que seguir activo sexualmente ayuda a envejecer de forma saludable”. Eso dicen. Y es cierto. Yo lo creo firmemente y me voy a dedicar como el telepredicador Al gore a dar conferencias para convencer a las mujeres de lo sano que es el sexo.
Con mucha convicción, porque eso es lo que yo siempre les he dicho todas las chicas que me han presentado: Oye, que el sexo es muy sano, cura la depresión, tonifica el cutis, impide que envejezcas y es un tónico muscular y cardiaco. Pero ellas, que parece que desprecian la Ciencia (la Ciencia aún tiene enemigos), se niegan al asunto con excusas tan peregrinas como que está a punto de venir su novio y minucias de este jaez, que no vienen a cuento. Es como si un médico le receta a una chica un jarabe para la tos y ella le contesta que no se lo toma porque va a venir su novio. No es normal, qué quieres que te diga.

Mobusi