Suecas tenían que ser. He leído que las suecas se han organizado para exigir que se les permita andar en topless en las piscinas y a nosotros nos parece muy bien, claro, lo aplaudimos, aunque lo primero que se me ha venido a las mientes es el landismo, el español bajito, con bigote y obsesionado con la muerte, y con las suecas, de allá los años setenta del desarrollismo cuando descubrimos que la mujer existía, tenía tetas, aunque fueran tetas suecas. Los españoles de mi generación le debemos mucho a las suecas y a las finlandesas, porque como las aborígenes ni follaban ni nada, nos evitaron muchas noches solitarias de aullar a la luna. Eran una bendición del cielo en aquellos tiempos en el que las novias eran como los ángeles porque no tenían sexo. Al menos eso nos decían sus madres.