Antonio F. Marín: ¿Por qué no tienes novio?

4 de enero de 2008

¿Por qué no tienes novio?

La web que permitía bajar los impresos para solicitar las ayudas al alquiler de los jóvenes se ha colapsado a los pocos minutos de estar en servicio en el mejor estilo de la España castiza y chapuzas de toda la vida. La España genuina y optimista que pone las cosas en marcha improvisando porque van a salir bien, es decir, la España chapuza de trenes AVE que se paran y no se entienden con las vías, es decir, la España de cuchufleta de nuestro prohombre del Tinell que en plena modernidad del siglo XXI sufre los colapsos decimonónicos en la ventanilla de la web, mientras nuestro líder sonríe y se jacta de ser muy moderno y progresista.

Una jartá. Una enormidad; pero lo que tenemos es al españolito chapuzas de siempre, de toda la vida, que no sabe ni prevé que puede haber avalancha para solicitar un servicio nuevo. España misma sin ir más lejos; la España esperpéntica y valleinclanesca de toda la vida como

está mandao y Dios manda.

Así que es mejor huir de esta tropa y acercarse a otros páramos más agradables porque he leído la clasificación de los hombres que hace en su blog una chica de 30 años y me he quedado patidifuso, es decir, espatarrado, porque no sé dónde alistarme. A la chica les gustan los bolsos, los anillos y los tíos buenos y no precisamente en ese orden, y uno tiene mucho en común con ella pues aunque no me gustan los bolsos y los anillos, si me gustan las tías buenas. Y si son menores de 30 años mejor, porque ella está ya muy pasadita y dicen que "gallina vieja no hace buen caldo".

Pero veamos que nos dice la chica:
"A los 30 te sientes tan bien haciendo lo que te da la gana, sin rendir cuentas a nadie, que es complicado encontrar a alguien que te llene. Además, el panorama es (aparentemente) desolador...
Primero están los gays, cuyo único problema, porque la mayoría son perfectos, es que no les gustan las mujeres.
Luego está el mercado de segunda mano: los recién separados que retoman la soltería como quinceañeros. Salen de marcha hasta las mil, buscan un polvo rápido y al día siguiente, si te he visto no me acuerdo. Van bien en épocas de hambruna sexual.
También encontramos los que les pesa la relación anterior. Pueden tener mochila (hijos) o no, van muy rápido y quieren presentarte a sus niños, a sus padres… pero lo cierto que es nunca llegarás a ser como la maldita ex. De estos, mejor huir, que las comparaciones nunca fueron buenas.
Por no hablar de los solteros vocacionales, aquéllos cuya frase de cabecera a la hora de acabar la relación estrictamente sexual que mantienen contigo es “tu te mereces algo mejor”. ¿Algo mejor? ¡Pero si yo te he escogido a ti! ¡Yo creo que tú eres lo mejor! Para estos, no tengo palabras. ¡Parásitos!

Y los casados, que te quieren en secreto y te juran y perjuran que dejarán a su mujer. Mejor ni verlos, al final acabas siendo la otra. Vaya, que son unos vendemotos.
En fin; va a ser verdad aquello que leí en la puerta de un baño de la facultad: “Tu príncipe azul sólo reside en tus sueños más verdes”.

Después de leer la información y clasificación de la chica, creo que me encuadro en el epígrafe de “soltero vocacional”, pero yo nunca digo eso de “tú te mereces algo mejor”, sino “lo siento, pero no puedo competir con tu vibrador.” Aunque quizás me encuadre entre los fetichistas viejos verdes que nos gusta subirles a las chicas las faldas como en la foto de arriba, para quedarnos mirando como idiotas a ver si cae la breva. Es que está para comérsela. La breva y todo lo demás, incluidos muslos, liguero, braguita y medias.

Mobusi