"Antes nos protegían nuestros padre, después nuestros maridos y ahora nos quiere proteger el Estado". Eso creen las mujeres que integran una Plataforma Feminista que denuncia que la ley de Igualdad que ha avalado el Constitucional y que castiga con más pena al hombre que a la mujer, es una filfa, una meada, una caca de la vaca.
Eso creen ellas, las feministas de Sevilla, y uno coincide con ellas porque parece que estás mujeres, tan inteligentes, no quieren seguir siendo protegidas por Machomán, "el justiciero de las mujeres", porque pretenden ser iguales de verdad, cuando además esa ley no ha servido para atajar el problema sino que lo ha agravado, porque desde que está en vigor han
Eso se intuye, mientras la ministra de la Igualdad no vela para que las ventajas de la conciliación familiar la tenga tanto la ministra mediática socialista de Defensa como las soldado y marineras que barren la cubierta, que también la han reclamado, por cierto, porque o jugamos todos o se rompe la baraja, o sea, igualdad para todos, prenda, y no sólo para la millonaria ministra de los privilegios parturientes con cuatro habitaciones reservadas.
"!Qué te crees! Esto no es Cataluña", me dijo íuna médico de la Seguridad Social cuando le comenté que dado que en mi familia había antecedentes de cáncer de colon y que al ser éste hereditario había riesgo de que lo padeciera, quizás sería conveniente hacerme una prueba genética para detectar si era proclive a él. Nasti de plasti forever and never.