Iba a escribir de la crisis del PP pero he recapacitado porque he leído que algunos blogueros de Estados Unidos están trabajando para crear un sindicato de blogueros que defienda sus derechos, claro, cómo no, porque si los monos tienen derechos cómo no los vamos a tener los blogueros. Y me lo he pensado. Que no cuenten conmigo. Ni admito normas éticas de blogueros, ni normas de conducta, ni decálogos de comportamiento, ni manuales sobre cómo te la puede chupar tu chica mientras cenas con sus padres.
Dicen que sólo pretenden “profesionalizar” el bloguerío, pero en verdad lo que quieren es controlar al personal para imponerle sus criterios, sus normas y su comportamiento presuntamente ético. Quieren que nadie desafine al balar en rebaño; quieren la autocensura enmascarada con la excusa de
las buenas maneras y del sosiego.
Que les vayan dando, sin perdón. Lo que me atrajo del mundo blogger es precisamente su anarquía porque aquí se puede mear fuera del tiesto sin permiso de la autoridad competente, sin el visto bueno de los santones que deciden quién publica y quién no.
Sin el plácet de los mediocres que amparados en el caciquismo de la secta, quieren controlar qué se escribe, qué se piensa y quién ha de pensar y en qué momento. Me la sudan y como sigan en el intento, los voy a poner en fila para que vayan pasando de uno en uno a chuparme la polla. ¿Se puede escribir polla?
Paso de redes sociales, clubes de opinión, académicos, filósofos de pacotilla, meapilas y redes progresistas o liberales. Me van a chupar la polla, en el más amplio sentido semántico de la frase. O me va a "importar un pimiento", según los cursis y afectados pitiminís como Antoñita Gala.
Cuando abrí este blog hace ya más de tres años, tenía muy claro que no quería hacer puestas en común, ni debatir, ni contrastar opiniones, ni abrir debates de política general o de la solidaridad interplanetaria con remilgadas damas de la "Liga de la educación en valores cursiprogres".
Y por eso decidí meter fotos fetichistas alternándolas con las noticias políticas, con el fin de despistar al personal, que nadie supiera de qué iba este blog y conseguir hacer lo que me diera la gana. Las fotos sirven para desatrancar, porque unos zapatos pisando una polla despistan mucho al personal pues les perturba la programación cerril al creer que esto es un debate, un club de opinión o alguna mariconada de esa jaez.
Una polla pisoteada por una chica los aleja, como dicen que el ajo aleja a los vampiros. Las fotos fetichistas son mi ajo para los pelmazos, porque yo no tengo absolutamente nada que debatir y cuando quiero oír algún debate cojo a Camus y a Chesterton, por poner un ejemplo, pero nunca a Zapatero y Rajoy. No tengo intención de llegar a un acuerdo de consenso sobre si el Chiki Chiki es música o no, o sobre si es arte o no. Yo ya sé lo que es un mierda y cómo huele, y no necesito que venga Duchamps a opinarme.
Aunque comprendo que para los que están acostumbrados a pensar en rebaño, en manada, y no saben balar sin el permiso de la Policía del Pensamiento, que alguien escriba libremente lo que quiera, que ejercite su libertad expresión, puede constituir una blasfemia porque para esta tropa de burriciegos "El grito" de Munch no es un grito de angustia, sino un grito crispador y tremendista. Poco dado al sosiego.
En su virtud, expongo:
Norma 1ª y única: Escribo de lo que me sale de la punta del capullo.
FIN
Y para que conste y surta los efectos pertinentes, expido la presente en Cieza a tanto de cuantos de no sé cuántos.
Norma 1ª y única: Escribo de lo que me sale de la punta del capullo.
FIN
Y para que conste y surta los efectos pertinentes, expido la presente en Cieza a tanto de cuantos de no sé cuántos.