"¿Por qué no te callas?", le espetó el rey de España al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en una actitud más propia de un matón de puerta de discoteca que de un rey educado y elegante. De eso hace tiempo, pero todo de olvida. La "realpolitik" que le llaman, porque aquella actitud tan chulapa del rey y el presunto apoyo de Chávez a los terroristas de las FARC, se ha olvidado a cambio de una miaja de petróleo, del suministro de petróleo durante cien años a un precio de 100 dólares el barrill, mucho más barato de lo que cotiza para el resto. A mamar, se ha dicho. Por mamones que no quede. Así que el rey se ha tragado la chulería, el patán de
Chávez ha conseguido esmerilar su imagen de chuloputas boliviariano y Zapatero queda como un mandatario internacional que mediante el diálogo consigue los barriles de petróleo sin tener que ir a la guerra, como hacen los odiados americanos, que también consumen petroleo de Venezuela, por cierto. Niquelao, que dicen los castizos.
Todo un recital de buenas maneras, de diplomacia internacional y de mangoneo de trileros y mamones que es lo que entiende por política esta gente que nos gobierna. Mamoneo, que le llamábamos de niños, cuando éramos más sinceros.