Los gays estadounidenses han conseguido censurar dos anuncios de Nike y de chocolatinas Mars por ser "homófobos". Vale. No son todos los gays, sino unos cuantos, como es natural. Pero sin embargo nadie ha pedido la censura de unos anuncios de Levi's, Kronenburg, Louis Vuitton o de Patrick Cox, entre otros (ver foto), que presentan al hombre humillado por la mujer.
Nadie se ha quejado, ni nadie ha tenido cojones para levantar la voz en esta dictadura políticamente correcta en la que se apoya la "desobediencia civil" ante leyes que creen injustas, pero se censura la "objeción de conciencia" ante otras leyes que otros creen injustas. Hipócritas que semos, mucho, en esta sociedad de Zapatero y chichinabo en la que eres homófobo si denuncias a un gay por poner la música alta, pero puedes presentar públicamente
al hombre humillado ante la mujer y no pasa nada. Barra libre.
Los mismos cristófobos que exponen una foto de un ángel con la polla tiesa presentándose a una virgen con el coño al aire, exigen un respeto melindroso para lo suyo que, por ejemplo, no piden otras alternativas sexuales como la D/s, entre otras, que sobreviven y son respetadas sin ayuda de nadie.
No creo que nadie pueda acusarme de homófobo porque tanto en el blog como en mis libros, he rendido mi fervor y fascinación hacia las chicas lesbi, pero van a conseguir que, efectivamente, lleguemos a ser homófobos. Por intolerantes, fascista, porculeros y pelmazos. No los aguanta ni Dios.