La dirección y el comité de empresa de este blog os desea que paséis una moderada Nochevieja y un venturoso año nuevo repleto de putas, putos y vino hasta que se acabe el duro. Aprovechad pues el momento, porque es posible que el año que viene andemos todos calvos. Uno, por si acaso, ha decidido celebrar la Nochevieja en casa y con mi madre, porque no sé si ya he contado los apuros que pasé en la última fiesta de fin de año cuando de pronto las chicas empezaron a desnudarse y
a hacer cosas rarísimas; unas posturitas que nunca había visto antes porque como resulta que soy un chico tímido y formal, se conoce que no me entero de nada.
Así que llamé a mi madre y le dije lo que pasaba y ella me preguntó si las chicas eran de buena familia y yo le dije que sí, que tenían estudios y todo, y que sus padres eran de lo mejorcito de la sociedad porque se dedicaban a la política, la recalificación de terrenos y la abogacía.
Y entonces ella me dijo que era una falta de educación abandonar una fiesta y que me quedara y aguantara. Que por educación hiciera esfuerzos por quedar bien y que no la dejara en mal lugar, como solía hacer. Así es que me quedé en la fiesta con las chicas por no enfadar a mi madre, que conste, aunque me escondí en un rincón, tras un sofá, por si acaso.
Y desde allí les decía a las niñas que se contuvieran, que se reportaran, porque lo que hacían a lo mejor no estaba bien porque si se enteraban sus padres se podrían enfadar. Y a mí me ponían en un compromiso porque podría suceder que se quedaran enredadas con los confetis y se estrangularan y todo, pero ellas no me hacían ningún caso y seguían desnudas con sus juegos y sus procaces posturitas de las que estoy seguro de que sus padres no estarían nada orgullosos.
Y yo se lo repetía: como vengan vuestros padres se van a enfadar y a lo mejor no os pagan la Universidad. Pero no me hicieron caso. Fue la peor Nochevieja de mi vida. Pero ya he escarmentado y procuro no quedarme a solas con mujeres desnudas. Este año me quedo con mi madre.
