Se nos han caído los calzones, las bragas y hasta las caretas. Y nos hemos quedado encueretados vivos porque ya estamos oficialmente en recesión; una recesión que hasta hace poco no existía y que ahora es ya oficial, rampante y en papel timbrado.
Y mientras tanto, el Parlamento sigue de vacaciones, el presidente que nos gobierna se toma unas birras en la televisión con algunos ciudadanos y la banca es la que decide quién y cuándo va a recibir el dinero avalado por el Gobierno. Como siempre: a cartas iguales gana la banca.
Y aunque las cartas sean desiguales también gana la banca pues aun estando en plena recesión, siguen ganando a espuertas. Son la envidia del mundo. Pero que conste, que nos quede bien claro, que el Gobierno no le ha dado dinero a
los bancos, según nos ha prometido el presidente Zapatero, porque sólo les ha avalado para que ellos nos den a nosotros el dinero mediante la presentación de los pertinentes avales.
Quiere decirse que el Gobierno avala a los bancos para que ellos nos pidan a nosotros que nos busquemos avales con el fin de que nos den el dinero que el Gobierno les ha avalado. Está muy claro. No semos naide. Y sin avales.