Cuando se acaba la razón...

No sé si era Platón el que decía que cuando se acaba la razón, empieza la violencia. Si no fue él, fue otro griego, a lo menos, pero alguien lo ha dicho ya y con razón, porque a veces la violencia es el último grito que te queda para denunciar la tortura. Está previsto en aquello otro de la legítima defensa. Así que la actitud del vasco que la emprendió a mazazos con la taberna de los cómplices de los terroristas es comprensible.

No es legal, pero sí comprensible, aunque uno no sabe qué habría hecho el chico si no le hubieran destrozado su casa con la bomba, si la casa destrozada hubiera sido la de un vecino. ¿Seguiría callado o con la maza?...

Así que no sabemos si su pronto se debe al hartazgo del terrorismo y la impunidad en el País Vasco o porque le han jodido la casa, la pela, es decir,
la pasta el dinero, el circulante. Porque no parece que su actitud sea debida al hastío y cansancio de la sociedad, como dicen, sino más bien el cabreo ciudadano por haberte rayado el coche. Ojalá fuera síntoma de cambio en el País Vasco pero me temo que no va a ser así y que el lunes, tras las elecciones, tendremos más de lo mismo ya gobierne Ibarreche o Patxi López, aunque uno prefiere al segundo, obviamente, y ojalá que gane el socialista y que todo cambie.