Porque si unas mendas feministas califican una foto de carnaval con una chica con los pechos al aire, como “atentado” y “violencia de género”, apaga y vámonos, que ya está la misa dicha. Y redicha, pues se conoce que estás niñas todavía creen que el clítoris es un granito
y que las mujeres son tontas. Siento darles un disgusto, pero lo que creéis que es un granito, es la pepitilla. Y da mucho gusto.
Y se les hace partícipes de esta noticia por su bien, mayormente, porque suponemos que estas feministas de las buenas costumbres y la decencia, no habrán acudido nunca a una playa donde las chicas hacen topless, pues probablemente las habrían obligado a taparse por “indecentes”, pues estas cavernícolas nos quieren retrotraer a la censura franquista cuando hasta a las chicas de la revista de variedades se les media el tamaño del escote.
El dictador Franco prohibió los carnavales y que los maricas se vistieran de mujer, pero estos carcamales feministas no quieren permitir ni comprender, que si una chica quiere enseñar las tetas en los carnavales es muy libre de hacerlo, aunque las doña Rogelias feministas quieran tapar la desvergüenza. A nadie se le obliga a abortar, ni a practicar la eutanasia, ni a casarse con un homosexual, ni a enseñar las tetas. Así que pueden estar tranquilas.
Y para que rabien y que aprendan lo que es la libertad, incluso para ser sumisa, aquí les dejo constancia de unos cuantos blogs que puede ilustrarlas de lo que es la vida y la libertad para asumirla:
- Diario de la perra Silvia
- Esclava de mi libertad
- Esencia sumisa
- Gabriela, la esclava indomable
- La esclava del sol
- Paola, la pequeña sumisa
- Aprendiendo a ser sumisa
- Su templo, mi Amo
- Sumisa líquida
- Tu puta sumisa, etc, etc,
Y el blog de Dómina Amanda, una deliciosa lesbiana que practica la dominación femenina con su novia y esclava sumisa, y que podría ser acusada de "violencia", "atentado", y bla, bla, bla. La foto de arriba está sacada de su blog, así que las reclamaciones a la maestra lesbiana. La foto es real, como la vida misma. Como su vida misma. El único reproche que podríamos hacerle es que la sumisa tiene algo de celulitis y su Ama debería castigarla por no cuidarse, pero por lo demás es deliciosa. Y libre para entregarse a la esclavitud consentida. O para enseñar las tetas.
