Rodríguez Zapatero va a aceptar que se trasladen a España algunos presos procedentes de la prisión de Guantánamo, en una actitud muy correcta que ayudará a cerrarla cuanto antes. Y los presos tendrán en España los mismos derechos fundamentales que cualquier otro quisque, aunque sean terroristas, porque por aquí tenemos la fea costumbre de juzgar a los terroristas en vez de bombardearlos, cosa rara, por cierto dado nuestro afán guerracivilista.
Pero no los bombardeamos, ya digo, y los juzgamos y encerramos en prisiones donde además pueden tener vis a vis con sus parejas o conseguir permisos para ser inseminadas. Sabemos como tratarlos. Así que la decisión es muy acertada, porque
además permitirá que Obama se atenga a la Convención de Ginebra para prisioneros de Guerra, como ya prometió y como ha cumplido al firmar el protocolo.
Una decisión que evidencia que se podía hacer y que se ha hecho, pese a los augurios de algunos que argumentaban que no era posible porque ni eran combatientes regulares, ni delincuentes comunes. Así que teníamos razón los que lo veníamos pidiendo desde 2005 y confirma que cuando el sentido común se impone, todo es más común, normal y hasta obvio, aunque parece que lo obvio es lo más difícil de llevar a la práctica.