El escándalo de la absolución no necesita más aderezo para comprender que es un disparate, un despropósito y una injusticia, pero si añadimos que los dos jóvenes asesinados eran gays, todo concuerda, se empieza a entender y por eso la absolución es homófoba. Es de libro. Y escandalosa.
Aunque es difícil encontrar cosas que nos sorprendan, que escandalicen, porque en esta España de Zapatero, cantimpalo, bronca y pandereta, todo es posible, ya te digo, Rodrigo. Y por eso los ímpetus para profundizar en la democracia se
vuelcan ahora en derribar toros de Osborne, por aquello de luchar contra el imperialismo español que va por ahí conquistando territorios, plantado toros y violando a las doncellas nacionalistas tan delicadas en sus melindres identitarios.
El toro había sido ya derribado en tres ocasiones y había sido vuelto a restaurar y tejer pacientemente, a lo Penélope, pero prosigue la guerra por derribarlo y celebramos que al menos esta contienda civil sea incruenta, como un Monopoly castizo nacionalista, y que ni las fichas, ni la sangre del toro llegue al río ni a la historia de España, porque uno se refugia entonces en la sutil imagen de arriba que nos trae un upskirt clásico.
Nota.-Se advierte a los meapilas del PP murciano, incluido el presidente Valcárcel, que la foto de arriba puede provocarles una contracción del pene (es decir, de la polla), debido al "síndrome de Koro" por el que la pilila, es decir la polla, se les pone más pequeña aún de la que ya la tienen.