17 de mayo de 2009
La España pitorreica y de Berlusconi
De pitorreo y pito, sí, señor, con cuatro millones de parados y los sindicatos manifestándose contra la oposición, contra un gobierno regional, contra el Gobierno Europeo y probablemente le habrán pedido permiso a la NASA para protestar contra La Alianza del Imperio de la Guerra de las Galaxias. Estos tíos son capaces de pedir una subvención para manifestarse en la estación espacial contra los marcianos, pero nunca contra el Gobierno responsable de la situación, eso jamás, porque para eso les paga la mordida, la breva y el privilegio y la ganga.
España misma sin ir más lejos, sabe usted, que ya sabemos que no se hunde porque para hundirse tiene que tener más peso que el que desaloja (según un tal Arquímedes) y el único peso que tiene España es el del liviano Zapatero y así siempre flota, como la misma
mierda que tiene flotabilidad positiva y no hay manera de hundirla. Y menos en el baño de Pablito en el que Zapatero siempre la caga.
Imposible que se hunda, España, digo, pero por si acaso manipulamos las imágenes del partido de fútbol para que no se vea que España no se hunde, lo impide el peso de Zapatero, pero resulta sumamente pitorreica porque todos se guasean de ella pues la humillación con Zapatero es cool, mola y se lleva mucho en la solapa. Y menos mal que el Barcelona ha ganado la liga independiente de los països catalans y que Soraya ha quedado la penúltima en Eurovisión.
Y además tenemos tanto peso específico, gracias al peso de Zapatero, que nos invitan a ir al G-8 de la mano de Berlusconi; ese tipo que hasta ayer mismo era un fascista, machista y vividor, y al que hoy le hemos limpiado la imagen por ese gesto tan caballeroso de invitarnos a donde no estábamos invitados, pues ahora el tipejo es ya es más prístino que la Inmaculada, como Obama nuestro Salvador, que ha vuelto a la política de Bush en Guantánamo y nuestra cursiprogresía debe de andar tirándose del moño, de los pelos del coño y de los pelitos del sobaco.