Antonio F. Marín: Tacones

6 de febrero de 2011

Tacones

«Un zapato de tacón puede hacer cualquier cosa por una mujer». Eso dice al artista Marcus Tomlinson en el ABC. ‘¿Fetiche sexual?’, le preguntan. «Por supuesto que sí», responde engatusado. Tan camelado como lo pueda estar un servidor y suponemos que la mayor parte de los tíos, porque en todas las pelis porno ellas aparecen siempre con tacones, aunque lo hagan sobre el fregadero. Son algo más que un fetiche sexual.

Un subidón hormonal y una convulsión que no tiene nada que ver con la de Túnez o Egipto, donde se han hartado de los mangantes y como en una revuelta franchute de dicharachera guillotina, se han lanzado a derribar muros de Berlín y demás corruptelas y dictaduras. Una insurrección que no cunde en España porque creíamos que la ‘fea burguesía’ lanzahuevos (con trabajo fijo), había organizado el pifostio y se había manifestado 7 veces 7 para protestar por la supresión de las subvenciones

a los discapacitados, pero en realidad era por un puñado de dólares, digo, de euros.

Aquí también tendríamos que armar la marimorena contra los políticos parapetados en las listas cerradas y exigirles que las abran a huevazos, porque ellos ni se coscan o inmutan y le ponen tacones a la muñeca hinchable de su ideología (con el PNV o CiU, por ejemplo). Ahora Rajoy anuncia que si gobierna suprimirá el privilegio de las jugosas pensiones de los políticos, pero para empezar ya se ha reunido con ellos y han acordado la subida de un 30% para los gastos electorales. Unos 45 millones de euros. Unas 7.483 millones de pesetas.

La democracia consiste en que el lechero llame a la puerta de tu casa a las 2 de la madrugada (cuando el marido está de viaje). Y que tengamos que pagar que nos juren amor eterno durante cuatro años. Por eso necesitan 7.483 millones de pesetas (un buen braguetazo). Pero podrían copiar al lechero, digo, al pregonero, darle cuartos, y que cuente lo que nosotros ya hemos oído en permanentes declaraciones de amor. Por ejemplo, que nos van a dar trabajo, ‘muncho’ trabajo.

Aunque se les haya adelanta la Merkel que nos va a sacar de la crisis y además ha venido a España para llevarse a los parados a trabajar a Alemania. Si se presenta el CCCi de mi querido José Luis Vergara lo votaré a él, pero si no, mi voto irá a Merkel que es la que promete y cumple, «por el pleno empleo», porque a pesar de la conspiración judeo-masónica de ‘los mercados’ ha llevado a Alemania a un crecimiento del 3,5% y a tan solo un 7% de paro. (En España gozamos de un 20,6% )

Porque por aquí nuestros políticos profesionales son nuestro segundo problema, tras el desempleo, y a ellos les da igual: se han agenciado 7.483 millones para decirnos que nos van a hacer trabajar, aunque ellos todavía no han tomado la decisión de cuándo van a hacerlo . Pero lo harán. Algún día incluso puede que veamos en la puerta del Congreso a un vendedor ambulante de bragueros. Y una señora vendiendo zapatos de tacón. Por si alguna diputada quiere currelar.

(Columna publicada en el semanario de papel El Mirador de Cieza)

Mobusi