Antonio F. Marín: Leches

13 de marzo de 2011

Leches

Unos helados fabricados con leche materna han causado furor en el barrio londinense de Covent Garden, donde se han agotado las existencias del llamado ‘Baby gaga’, a pesar de su elevado precio, 16,5 euros. La cuestión radica en quiénes son las madres-nodrizas que venden la leche. O si es preferible el helado a la teta natural. Uno prefiere el cucurucho de la teta lozana y asilvestrada. Cuestión de gustos.

Y si es verano le puedes poner cubitos al pezón. No sé. Se admiten ideas, que servidor es nefando para los negocios y fracasó con un proyecto para fabricar unas chinchetas reversibles que se podían clavar

por los dos lados con las evidentes ventajas que ello suponía pues si se te rompía una púa, le dabas la vuelta y te quedaba la otra.

Ahorrabas en unas materias primas que se están encareciendo tanto (un 6,2%), que va a subir hasta el pan. Desde entonces no invento nada. Los que se inventan son otros, como el alcalde pepero de Cieza que se ha gastado una pasta en estudios y proyectos que no se van a ejecutar hasta que no les toque la lotería. O los politólogos, analistas y castradores de libélulas, que además de no prevenir la caída del muro de Berlín, de la URSS o los ataques del 11s, querían convencernos de que los musulmanes no querían la democracia cuando en realidad sólo se aseguraban de que ellos no la quisieran para poder así controlar a los islamistas, la inmigración y su petróleo.

Todavía lo hacen con Arabia Saudí, la niña de los ojos de Estados Unidos tanto con Bush, como con Obama, por aquello del mismo perro con distinto collar. Y se niegan a reconocer al Gobierno provisional libio por si acaso gana Gadafí y nos quedamos sin su petróleo.

A verlas venir, que se dice, tras un muro de la ‘realpolitk’ que quieren derribar unos jóvenes hartos del Medievo en una revolución del pueblo, sin líder, que augura un atisbo de democracia porque tras la revolución no vendría el líder dictadorzuelo como ocurrió en Irán, Cuba o la URSS. Lo que no pudo Reagan con los bombardeos, ni Alqaeda con el terrorismo, lo podría conseguir el pueblo y los jóvenes, que ya no apencan con las estampitas del líder ‘pret a porter’ y póster de ‘merchandising’.

Se las pasan por el coño de la Bernarda (con perdón para María Huertas, que me afea que escriba palabras guarras).Y es que un coño es un coño, María, cuando se trata de tocárselo a tu prójima. Y es una vagina cuando se lo palpa el ginecólogo. No es canónico que el ginecólogo le toque a tu mujer el coño y tú le palpes la vagina Se llama ‘decoro literario’. Aunque a mí lo que me suelen tocar son los huevos, mayormente.

Pero esa es otra historia, porque la que nos ocupa va de la revolución norteafricana donde todavía nos resulta patético que Gadafi se jacte de que su pueblo lo ama, cuando lo está masacrando por medio de la guardia mora mercenaria, como Franco. Cuando lo juzguen en el TPI quizás pueda dedicarse en la cárcel a ordeñar camellas y vender su leche para hacer helados de leche materna. Aunque uno prefiera la teta natural. Sola y sin hielo, gracias.

(Columna publicada en el semanario de papel El Mirador de Cieza)

Mobusi