No me chupo el dedo, me dices. Y es verdad. No te lo chupas como una tonta, pero sí como una lista listísima. Porque no te crees que he salido tarde del trabajo, ni que me he encontrado un atasco. Y tienes razón. Es mentira. La verdad es que me he quedado con los amigos a tomar una cerveza y eso no tiene perdón. Sobre todo cuando me habías llamado para decirme que me esperabas y querías darme una sorpresa. Pero es que no sabía qué sorpresa era. Si llego a saberlo mando a la mierda a mis amigos. Te lo juro por Snoopy.