Antonio F. Marín: Papis

24 de noviembre de 2013

Papis

Los alumnos vuelven a protestar contra la ley de Educación de la derecha, aprobada sin consenso, tras otras tres leyes de izquierdas también aprobadas sin consenso.  Hacen bien, aunque uno no los entienda porque he sido un lelo matriculado al que han echado tanto de la enseñanza pública como de la privada; un baldón que me impide comprender por qué he de pagarle la carrera a un niñato que ejercerá de cirujano y se convertirá en millonario poniendo tetas. O que se forrará como registrador o notario. O construyendo chaleses si oficia de arquitecto. O cobrándome 50 euros la hora si ejerce de abogado. Que se la pague su papi.

Pero los papis no quieren y por eso han apoyado las reivindicaciones de sus criaturicas; de esos seres horripilantes que comen, cagan, duermen, acarrean libros e incluso practican actividades al aire libre con el botellón. Criaturicas.



Los padres lo que quieren es que a sus hijos los aprueben sin estudiar y sin que les cueste un duro. «Títulos para todos». Uno no tiene hijos (que yo sepa), pero tiene que aguantar a los hijos de los demás; a los nenes de aquellos que no supieron hacerse un nudo en la polla y cargan sobre nuestros hombros los pesados fardos de su paternidad, el caprichito de que sus roros los llamen a ellos «papá» o «mamá».

Porque ser papi es muy fácil. Hasta el más tonto sabe cambiar la goma del butano. La cuestión es que los demás te financien los libros del nene, el autobús del nene y los suspensos del nene. La pater/maternidad no es un derecho. Eso de reproducirse está muy sobrevalorado y lo hacen hasta las ratas y los conejos, como mejor tino y fortuna porque no cargan sobre los demás sus primarios instintos de dejar aquí sus genes, como si fueras un Einstein o una Madam Curi.

No lo eres. No lo sois. Y vais a dejar unos ceporros que, salvo excepciones, se afiliarán a una peña de fútbol, consumirán gasto social y procuran ser liberados sindicales, si son algo espabilados. Porque para más no dan de sí. Lo dice Luis Antonio de Villena (escritor, progresista y gay): «Yo no era franquista y detesté al dictador, pero he de decir (con pena), que cuando terminé el bachillerato en 1968 sabía bastante más que muchos de los que terminan hoy una carrera universitaria». Verdad verdadera, porque.  la mayoría de mis compañeros que se quedaron en el instituto estudiaron su carrera con becas de Franco pues pertenecían a familias humildes. Ahora los alumnos disfrutan de Internet o ‘guatsap’ y fracasan con estrépito pese a que se invierte en ellos más que nunca. Y ninguna universidad española está entre las 200 mejores del mundo.

Es para hacérselo mirar, sí, como los papás y las mamás que se dan a la procreación como los conejos y los cerdos, pero sin charco. Voy a tener un hijo, te dicen alborozados. Por qué. Por qué nos odias tanto. Si quieres dejar tus genes para la posterioridad haz horas extras, querido, y te pagas el caprichito.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

Mobusi