Antonio F. Marín: "Hasta que llegue el abismo" (22)

15 de julio de 2015

"Hasta que llegue el abismo" (22)

6.35.- “Considero la vida como una posada en la que he de quedarme hasta que llegue el abismo” (otra vez Pessoa y el Desasosiego). Yo al menos ya tengo habitación y posada. Ayer vinieron el chispas y el de Ono y ya he trasladado mi culo a la habitación del Paseo. Y ya disfruto de la cama de matrimonio.

La cama no es nada excepcional. Como una pequeña, pero más grande. Y además no quepo, me sobresalen un poco los pies. Mi 1,82 se nota o es que mis padres eran muy enanos. En verano no importa pero veremos en invierno cómo me los caliento. Tendré que dormir encogido. Aunque no me lo explico porque la cama es de las antiguas, hecha a mano, y supongo que por aquel entonces (cuando mi madre era novia de mi padre hace ya más de 60 años) la gente era más enana.



Pero a las tres de la madrugada he llegado a la conclusión que hay que dormir en diagonal, es decir, en la hipotenusa  porque según Pitágoras (que se conoce que tuvo el mismo problema) el cuadrado de la longitud de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de las respectivas longitudes de los catetos.

Lo que no sé es qué se hace si te encuentras a alguien al otro lado de la cama. ¿Lo empujas para hacerte sitio? ¿Lo echas a patadas? ¿Le pides la documentación por si acaso, que en estos tiempos no te puedes fiar de nadie?

No sé, pero no pongo fotos de mi hermosa cama por si alguien quiere colarse y quitarme sitio. Y no es por ahí pues no estoy de humor para visitas.

Pero tengo para colgar las bragas, que conste, y avisar a quien corresponda que la cama está ocupada, Que vuelva más tarde.  Yo soy un chico muy ordenado y siempre lo tengo todo recogido.  El otro día iba descalzo por la casa y recogí tres o cuatro chinchetas. Me alegré mucho porque las había  perdido.

Pero iba a hablar de Irán, del acuerdo firmado con Estados Unidos, y que  supondrá que el petróleo se abaratará más para nosotros, porque los americanos con el francking se autoabastecen desde hace algún tiempo. Y ya no necesitan salir por ahí a por gasofa.

Pero mejor lo dejo porque he descubierto que al ser la cama más grande se trabaja más al hacerla. Y además  si se me ocurre algo tengo que levantarme y venir a esta habitación a escribirlo. En verano vale, pero  en invierno va a ser jodido. Lo bueno del invierno es que como llevas zapatillas no se te pierden las chinchetas.

Mobusi