Antonio F. Marín: Diario de un serviola (36)

17 de agosto de 2015

Diario de un serviola (36)

Mañanitas frescas, con la fresca, y sin nada nuevo que contar y cantar por los periódicos. No llevan nada, sustancial, y no me inspiran para escribirme el folio. La columna. Una vez le dije a uno que tenía menos sustancia que un periódico en verano y se mosqueó. No por él, sino porque me metía con la prensa, la libertad de expresión y toda esa cáscara.

Andan  todos tostándose  por  la playa (incluida mi querida hermanica) pues  se conoce que aquí el único que madruga y curra soy yo, el tonto Simón. En el confi viene una entrevista a Tania Sánchez, la funcionaría de empleo de Podemos que, por supuesto, no he leído. Se nota que los periódicos no tienen material para publicar por la holganza.

Esta mañana el de la cefetería de enfrente ha venido con 10 minutos de antelación. Tengo que decirle que no paso lista, para que no se me achare ni azore.

He decidido cambiar el  nombre de este diario para no incurrir en plagio, aunque he de dejar constancia de que yo no lo sabía. Y ayer lo hice. El proyecto (sólo es eso,  un proyecto) se llamará Diario de un serviola (La muerte pisa mi sombra). Esta vez he hecho como siempre hago y he comprobado que no hay libro o blog que
se llame así. Y no lo hay.

Y además he abierto el blog donde iré metiendo estos diarios,  para que quede constancia fehaciente de que la idea del nombre es mía y que los que vengan detrás tendrán que apechugar con ello. Como hice yo con el Diario de un dromedario.

A-32 Tofiño
Serviola es el marinero que se situaba junto a un pescante (grúa o pluma) de la amura de estribor  para cantar las horas, es decir, para comunicarle al puente (de mando) que viene un barco por las 3, las 7 o las 11  según las horas del reloj.  Wikipidea no lo recoge, pero la Academia sí. 2. f. Mar. Vigía que se establece de noche cerca de este pescante. En el Rigel y el Tofiño, en los que yo navegué, no había serviola ni pescante y nos situábamos encima del puente (de mando) para otear el horizonte. En la terraza del puente.

Así que el Serviola recorre el horizonte con la vista para detectar los barcos que vienen. A las doce vienen de frente (por la proa) y a las seis por atrás (por la popa). A las tres por estribor (por la derecha) y a las 9 por babor (por la izquierda). Y así con todas las horas. Yo no tengo serviola, pero tengo ventana de mi estudio para ver el paisanaje,  cantar las horas y lo que me pasa. Cuando salíamos a tomar algo, algún gracioso decía:"tía buena por las 7". Y todos girábamos la cabeza para ver a la tía buena por las 7 del reloj.

Lo de situar al Serviola  yo lo hice en el Rigel, pero no en el Tofiño pues está ya está en desuso  porque con las tecnología radar y por satélite se advierte el tráfico a miles de millas mientras que el Serviola sólo detecta lo que le alcanza la vista. Muy poco. Pero antiguamente era imprescindible cuando se navegaba cerca de la costa (cabotaje)  y había niebla y peligro de colisión. 

Esto es sólo un proyecto, pero todos mis proyectos han terminado después en novela. No sé lo que pasara con este, como no sabía qué ocurriría con los otro, pero ya está parido. Dejémoslo crecer y veamos en qué queda. Que vaya tomando cuerpo. Porque se me ha ocurrido que podría meter recuerdos y vivencias, y convertirse luego en una especie de novela autobiográfica (soy muy joven para escribir memorias). Aquí quedarían anotados esos recuerdos para  ordenarlos luego por su fecha real, más o menos. Veremos.

Pues eso: que el Diario de un dromedario ha pasado a llamarse Diario de un serviola
PD.- El otro día comenté el impresionante directo de Celtas Cortos (suenan mejor en vivo que en la lata del DVD), y me olvidé de Juan Perro. Pero es que Santiago Auserón no es Radio futura; aquella banda de los 80's que ingenió auténticas obras maestras del pop. Juan Perro no es Radio futura y se nota. Y además el bajo, que es lo que mejor tenían, se ha muerto. El bajo que suena en Un africano por la Gran Vía. Puro funk de calidad exquisita.Hay que seguir el bajo. Es buenísimo.

(Cieza, Diario de un  serviola. 19 de agosto)

Mobusi