Antonio F. Marín: Candidatas a protagonistas (58)

15 de septiembre de 2015

Candidatas a protagonistas (58)

La del lunar
Son las 06.18 y vuelvo a coger la rutina de la novela tras unos días de descanso. A veces conviene parar y ver lo que has escrito  para saber cómo vas. Y no lo sé porque no he mirado nada. Ni tan siquiera quiénes van a ser las protagonistas de la novela; una buena y otra mala. Tengo varios estereotipos, pero no me decido.

Por la calle sólo se oye a un barredero, de los de a pie, que va cambiando las bolsas de las papeleras. Como siempre. La rutina. El domingo me salté la rutina y fui a ver a Sebastián, que echa las cartas. Según me dijo le molesta muchísima que lo llamen la Sebastiana, pero es un personaje de mi infancia, cuando todos íbamos detrás de el/ella para bajarle las bragas. Se conserva de maravilla, pese a que hace ya siglos que no lo veía.

Qué hace un tipo como yo que se jacta de ser racional y de guiarse sólo por hechos demostrables, consultándole el tarot a Sebastián. Pues no lo sé. Pero allí estaba preguntándole. Y me dijo que sí, que me quiere.  Que ella me quiere. Pues vaya. Le di un abrazo y me emplazó para que vuelva el viernes a su casa, sobre las 11 de la mañana. No sé para qué, pero la cuestión es que no sé cómo

se va. Me acompañó un amigo que ha sido el que me ha metido en todo esto. Me preguntó si había otra y no la hay. Que yo sepa. Ni la hay ni la habrá.

No sé si alguna estará loquita por mí, pero no me lo ha dicho y yo para eso soy un negado. No me entero de nada. En cierta ocasión le pedí consejo de amor a una chica y resulta que lo hacía todo para joderme. Un día me dijo: Tengo una buena noticia: Ella se ha echado novio. ¿Y eso es una buena noticia?, le pregunte pasmado. Para ti no, pero sí lo es para mi. Pues blanco y en botella. Entonces caí en que le pedía consejo a una que haría todo lo imposible por aconsejarme mal. Como hizo.

El prota masculino, o sea, yo, en una foto de hace siglos coloreada a mano.
Cosas de la vida. Y a lo tonto a lo tonto, que decíamos de niños, el libro va aumentado. Aunque no he leído nada. Luego, en la biblioteca, en su momento oportuno, lo leeré, cortaré, retocaré, borraré, reharé, etc. En su momento. Todavía es pronto.  El otro día  vi amanecer junto al rio. No está mal, pero es una reposición, una más,  porque esta escena está más vista que las estampas del San Cristo. Con perdón, pues  lo digo con cariño ya que respeto  mucho los sentimientos de los demás. O lo procuro.

Y digo estampa repetida porque aunque cambie el acimut según la estación del año, no es lo mismo que en alta mar donde se divisa la línea del horizonte completamente horizontal. Y el sol asoma poco apoco, como queriendo hacerse el interesante con un  striptis en  diversas tonalidades,  según el lugar y las condiciones meteorológicas.

Amanecer en el puerto, que me viene ahora a la cabeza. Una canción de Alameda que junto a Triana  e Iman califato independiente,  eran mis predilectos del pop/rock del Sur. Recuerdo cuando Cai  tocaba en un garito subterráneo al final del Paseo Marítimo de Cádiz, por Cortadura.  De eso hace 30 años o más. Los de Caí eran de la tacita de plata y los Imán eran jodidamente buenos,

La inocente
Publicaron dos LP, creo, y  guardo los dos, pero no supe más de ellos. Los vi en directo, frente a ellos, en un local pequeño y abarrotado porque entonces empezaban y eran más accesibles.

Y salías a la playa y seguías oyéndolos a lo lejos. Nos fumábamos unos petas en los vestuarios del balneario público (vacíos en invierno) si encontrabas un sitio en el que no hubiera una pareja metiéndose mano y algo más. O dos chicos metiéndose mano y algo más.

Eso fue entonces. Ahora tengo que elegir entre mis cuatro chicas. Tengo cuatro modelos para protagonista. Necesito dos: una buena y una mala. Y tengo cuatro así que habrá que desechar a dos, una de cada. Las buenas son la del "lunar" pese a su pinta canalla y Winona Ryder, que va de inocente.

La ojitos
La pecosa






















Las dos malas son  la pecosa y la ojitos.  Pero tengo dudas sobre cuál elegir para cada papel. La chica buena busca una relación normal, es más joven y es muy noble y buena. La mala es mayor, redomadamente perversa, ninfómana y le place destruir parejas y hacer sufrir a los tíos.

Tengo que decidirme entre estos dos estereotipos. Aunque son estereotipos muy clásicos tanto en el cine como en la literatura Y sobre todo en los culebrones venezolanos. Pero a mí me da igual que sea un culebrón si consigue hilvanar con ello una estructura de novela.

Lo importante no es la historia de amor, sino la intriga con la amenaza de que lo pueden matar, el deseo de este protagonista de recibir a la muerte de pie y bien despierto (por eso madruga tanto) y la crítica social o el humor que puede meter a través de lo que escribe en su diario.

Esa es la historia. Sólo me queda decidir si incluyo al narrador  que lo cuenta en tercera persona como un Dios omnisciente, que lo sabe todo. O dejo que todo se sepa a través del diario del prota, sin comentarios,  en plan conductista (o behaviorista). Ferlosio casi  lo consiguió con El Jarama, donde no existe prácticamente narrador y todos los personajes   se descubren por su forma de hablar.

Pero no me gusta el Jarama. Es una buena novela pero le falta gancho, es aburrida, a veces tediosa. para que nos entendamos: si te paras en la calle junto a un corro de personas ya notas todo lo que dicen, sabrá por lo que dicen qué piensan.,. como son y hasta qué votan. Pero esos diálogos son insustanciales, sin arte. Hay que trampearlo y ahí entra el escritor. Y Ferlosio en eso patina. Sé que estoy cometiendo una blasfemia para los cursiprogres esnob, pero me la chupan.

Esta mañana me he cortado el pelo ca´ Pacocho y me he notado viejo, cansado. A veces me lamento por no  haber  tenido un@ hij@. O un niña que se parezca a Ella. Después de todo me queda poco que vivir, pero veo a las chicas de mi generación que se ha queda preñadas de un padre desconocido y me dan envidia Yo no puedo hacer nada. No soy Miguel Bosé. Y además  necesito el amor. Para mi es fundamental.  Por eso quizás el tarot, pero tal vez se note mucho. No sé si iré el viernes a ver a Sebastián. Ya he hecho mucho el ridículo.Y hoy tengo mucho que hacer, médico, móvil, columna...Buenas noches y buena suerte.

Cieza, La muerte pisa mi sombra (Diario de un serviola) 15 de septiembre de 2015

Mobusi