Antonio F. Marín: Humor confederado

6 de septiembre de 2015

Humor confederado

Un niño de los cinco que han muerto en el Mar Egeo tras huir de la guerra de Siria. Nilufer Demir (REUTERS) Han muerto 14.000 en total.
«El humor en el debate político español no es muy común porque requiere inteligencia y finura», nos explica María José Canel; una experta en imagen de políticos. Y es cierto. En España no tenemos un Winston Churchill que cuando una mujer lo acusó de borracho, le contestó que sí, claro, pero que a él se le pasaría la borrachera al día siguiente y sin embargo ella sería idiota toda la vida.

Tan tonta como los que han echado mano de la reposición del clásico peliculero «La guerra del agua», con la denuncia judicial del presidente manchego (PSOE) para rechazar el trasvase a Murcia.

Y a ver quién sale al quite de ese morlaco porque a mí los toros ni me van ni me vienen; aunque si vienen sí que me van y me voy corriendo pues los regantes están que rechinan, lógico, porque la Confederación encima amplifica las jeremiadas de los manchegos pues lleva tres años si transferir el pago que apoquinan los regantes para compensar a las comunidades cedentes. Ellos ponen las brasas y nosotros el abanico. Quién

da más.

La CHS dice que no tiene liquidez, pero al ser dinero pagado por ellos exclusivamente para ese fin, en qué se lo han gastado. Me temo lo peor y siento andar tan cabizcaído, pero es que dicen que ‘un pesimista es un optimista bien informado’.

Aunque a veces alumbra una rendija a la esperanza, verdad usted, porque el tripartito de la villa ha aceptado las sugerencias de la oposición para acabar el nuevo Ribereño (con menos gomina y más ciezano). Y como en su día los criticamos, ahorita se les felicita por buscar el consenso. Muchas de las mejoras proceden de las propuestas en el pleno de maese Vergara (CCCi) que va a votar sí y probablemente tengamos un proyecto con el apoyo de todos los grupos. Qué bonito. Voy a llorar de emoción. Se me caen las bragas.

Y no es por el Ribereño, qué va, sino porque los refugiados se nos mueren asfixiados en camiones, y en las fronteras, cuando huyen de la guerra (la mayoría de Siria), porque la oronda Europa no quiso chapotear en ese conflicto con el Estado Islámico y ahora está pagando ese canguelo y sus consecuencias.

El derecho internacional obliga a atender a estos refugiados porque al contrario de los inmigrantes que buscan trabajo, su vida corre peligro si los deportas. Y no puedes. No querían traer ataúdes de europeos y ahora nos traen cadáveres vivos forasteros.
No quisimos mojarnos en el conflicto por miedo al ‘no a la guerra’ y ahora tenemos las consecuencias en el zaguán de la casa. Lo que no se explica es por qué todos quieren ir a Alemania y no a Arabia Saudí que está más cerca, es rica y tiene petróleo. O sí lo sé.

La crisis se solucionaría si los americanos pusieran un pie en tierra porque entonces los pacifistas saldrían a la calle para protestar porque los gringos invadían el país para ‘robar petróleo’, cuando los islamistas han invadido tres países (Irak, Siria y Libia) para robarlo, asesinar a miles de seres humanos e imponer la Inquisición de su siniestra religión medieval. Pero nadie protesta. Vamos aviados, porque aunque al día siguiente se nos pase la borrachera ‘churchiliana’, algunos seguirán siendo idiotas.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

Mobusi