Antonio F. Marín: Piojos y ladillas

24 de enero de 2016

Piojos y ladillas

La señora Villalobos, diputada del PP y suegra oficial de España para más señas y espantajos, nos advirtió el otro día que no le importa que los nuevos diputados de Podemos luzcan rastas, ‘si van libres de piojos’. Es comprensible. A mí tampoco me importa que ella señoreé cardado siempre que vaya libre de ladillas. En la cabeza también, sí.

Una cuestión es ser zopenco y otra marrano pues estos nuevos chicos no son atildados hispter con gafas y barbita, émulos de los bohemios americanos que crearon esta subcultura en los años 40/50 y que ahora lee mucho a Jack Kerouac y ve pelis como Howl (es decir, los esnob gilipollas de toda la vida), sino más bien zangolotinos con rastas y coleta, muy suyos en lo suyo, como García Márquez cuando recogió el Nobel con guayabera, porque para ellos su escaño es su Nobel y sus 15 minutos de fama.

Su líder, el Supremo, está siendo investigados por presunto fraude de financiación extranjera (el PSOE se financió del Billy Brant alemán y el PCE de los comunistas soviéticos), así que esto parece tan grave como el ‘spanish chanchullo’de los 13 directivos de Acuamed que han sido detenidos por fraude y que parece que lucen margaritas en el ojal de Celia Villalobos.

En cuestión de pelos....
Esta empresa estatal (no privada), ha construido el nuevo Paseo Ribereño y aunque algunos han salido con aquello de «ya lo decía yo», el cambalache viene de 2007, cuando Zapatero y sus desoladoras. Salpica a 3 ministros del PSOE y 2 del PP. El miércoles esperábamos noticias en esta España quejumbrosa y mala puta que ya nos pregunta

¿para esto queríais el agua los murcianos?

Es el mayor perjuicio que han ocasionado estos hampones empleados públicos de una empresa del Estado, como las antiguas cajas quebradas, mientras los antisistema vienen y apoyan el sistema/sistema nacionalista catalán para elevar a los altares a un puritano fervoroso que quiere «echar a los invasores» que están pagando sus deudas con el FLA. Y ya veremos que dicen los listos que pretendían que ellos se sintieran cómodos en España. Y con los dineros en Andorra.

Porque los burguesitos nacionalistas se van a sentir ‘muy cómodos’ con la caverna reaccionaria de la izquierda que quiere volver a la selva para coger cocos sostenibles, etiquetados en catalán y regados con el agua del delta. Hasta ahora contaban con que España no iba a consentir pero me barrunto que los españoles están hartos y a pique de mandarlos a la independencia, es decir, a tomar por culo sapiens. Excepto un tal Sánchez.

Los demás no estamos para que unos pocos se sientan cómodos poniendo los pies encima de la mesa. Como nos advierte un prólogo de Esperando a Godot: ‘de nada sirve ya presumir de que se dispone de la filosofía que habrá de llevar a la humanidad a la meta soñada; que ya no hay nadie tan ingenuo que se crea el profeta, el filósofo o el político del futuro, esto es, que cada cual ha de buscar su salvación por su cuenta’.

Y nunca en manada, ni en tribus rastafari o hípster; ni en patrias alicatadas, añado yo. Pero algunos se ensueñan con castellers y caganets prietas las filas, mientras servidor acude presto a la farmacia a por lo de los piojos y las ladillas. Por si las moscas.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

Mobusi