¿Gamberros, delicuentes o joputas...?

Una vez tuve un amigo que se murió de una tontería. Se asomó al balcón en pijama y cogió frío. Y la gente se escandalizó, como es natural: Pos miaque el Pascualón que va y se muere de una tontería. Sí, Encarna, es que no ‘semos’ nadie. Eso lo serás tú, que yo sé mirar donde la suegra no mira.

Sánchez no sabe mirar y por eso, tras el coitus interruptus de la investidura de ayer, se le ha quedado cara de  Hernández Mancha. Y a Ribera de niño bien,  aunque es un muchacho muy adecuado para irte de copas con él pues es tan mono que se lleva a todas las tías guapas y  quizás así tú puedas quedarte con la fea.

Pero se aconseja, con perdón, que en las previsibles próximas elecciones los comunistas voten a IU, los socialistas al PSOE y los de derechas al PP,  y así nuestros políticos no se harán con la picha un lío ni con un botijo un aparato de aire acondicionado. Sé lo que me digo porque

cuando el reinado de Zapatero I el Grande, anuncie que el muchacho de León era tonto con ribetes y cenefas,  y tuve que cerrar los comentarios de este blog porgue querían fusilarme a media mañana. Y encima sin el romanticismo de hacerlo al alba, como está mandao.

Ocho años después se dieron cuenta de que era tonto de verdad y que yo tenía razón, "te lo dije". Ahora tenemos a un Zapatero (bis) que se va a cargar el PSOE con la inestimable ayuda de Pablito Bananas que es  el Donald Trump de la izquierda;  un iluminado hijo de la Logse que se cree el Caudillo. Un comunista  prêt-à-porter al que le faltan lecturas.

No es  como mi estimado Vergara, de Ciudadanos de Cieza (CCCi), al que  felicito   por la idea que ha tenido de situar dos bancos al sol, junto al bodrio de las letras cutres Osborne de autovía.

Siempre que cruzo esta plaza, en invierno,  me doy con los ancianos que buscan de pie y frotándose las manos,  el recuelo del sol,  como  las lagartijas y los langartos; pero el concejal de IU responsable del negociado, señor Saorin, argumenta que  no lo hace por motivos estéticos y supongo que será para no tapar el adefesio alfabético, cuando lo que había que hacer es ir con cizalla, desmontarlas y venderlas como chatarra. O triturarlas para darles sopa de letras a algunos. O ponérselas en la puerta del arquitecto a ver qué le parece.

Los tiempos han cambiado que son una barbaridad (creo que es Zarzuela), excepto para algunos zambombos que siguen siendo igual de becerros pese a Facebook y Tuiter, porque todavía no se ha inaugurado el paseo Ribereño de Cieza y ya  han destrozado tres veces su arboleda.

Foto: La opinión

Hace bien el alcalde Pascual Lucas al proponer medidas contra los necios incívicos que los destruyen, pero no servirá de nada aunque hayan rozado las enseñanzas de la escuela y recibido unos valores educativos que, ahora que caigo, se cambian con cada nuevo Gobierno por aquello de mear encima de la meada de otro perro para que la perra sólo huela el suyo.

Son como animales, los políticos, digo, no los animales. Así que lo que para unos es una gamberrada para otros es delito según quién gobierne,  porque aquí cada cual impone su sistema educativo, su escuela de verano de partido, y pasamos de gamberros a delincuentes y de delincuentes a gamberros en un periquito, digo, cada cuatro años.

La cuestión es que si consientes que unos mamoncillos ocupen los edificios (como Carmena y Colau),  y encima les pagas la luz y el agua no esperes que el ejemplo sirva para evitar que otros más jovencitos destrocen la arboleda de un parque o un paseo Ribereño porque ésto es un pecado venial, en comparación con aquéllo. La ley es igual para todos, eso dicen, pero los hay privilegiados que quieren echar un polvo en un palacio y que los españoles se lo paguen.

Palacio en Madrid para los okupajetas

Por qué unos niñatos ocupan un céntrico palacete en Madrid  por tol´ morro,  cuando abundas miles de ciudadanos malviviendo en chabolas y los transeúntes lo hacen  en la calle o  en Jesús Abandonado. A mí los okupas me la chupan, en la calle o en el palacio,  y si pudiera metía en la cárcel a sus padres, aparte de castrarlos para que no tuvieran más hijos pues su paternidad es un peligro público. Un nudo en la polla y solucionado el problema.

Y luego a los políticos, claro, porque si cambias las leyes de Educación cada 4 años y los padres no se hacen responsables de sus hijos, no hay nada que rascar. En Estados Unidos te metes en el jardín de una casa, sin permiso, y te caen tres perpetuas sin libertad condicional. Adoro  los Estados Unidos.

Los okupas podrían ocupar la cochera de su casa, el trastero o la habitación de sus padres, pero no, tenemos que ser los españoles los que les paguemos el caprichito de tener un palacio  para que vivan y hagan sus perfomances y sus cagaditas de párvulos pues de ahí nunca ha salido un Picasso, un Chillida o un Mozart. Follar no sé si follaran pero lo que es parir obras de arte ni están ni se las espera, pequeño Zórraster. Y lo dice un servidor que ha sido expulsado tanto de la enseñanza pública como de la privada, pero que  he pagado mis actos y nunca le he echado la culpa a la sociedad, como hacen los melifluos medianías.

Hasta que no haya un pacto por la Educación que impida que unos capullos jodan a la juventud de por vida convirtiéndolos en borregos analfabetos, hijos de la Logse, no será  Cieza una ciudad limpia por muchos que se empeñe el concejal de IU, con muy buenos propósitos, porque con trípticos se anuncia la Floración pero no se educa a la gente. Se educa con multas. En el País Vasco proliferó  la kaleborroca hasta que el Gobierno decidió que los rotos y descosidos en contenedores y mobiliario urbano los pagaran sus padres. Y se acabó la kaleborroca en una semana. A los que destrozan el mobiliario o los árboles de Cieza  les cascas una buena multa,  a sus padres, y de la paliza que se llevan ya no vuelven a mirar ni una rosa.

Te siento  tan hermosa
que  miro una rosa
y mis ojos se aburren
y te buscan,
porque tú eres el original
y la rosa te copia.

Archivo de hojas muertas (2012-2013)

Ahora es imposible mirar rosas o plantarlas porque las destrozan, pero es que mientras algunos se mueren de una tontería, los otros no se mueren nunca, son eternos como los tontos, según Einsten,  que debía saber mucho del asunto.