Antonio F. Marín: Cuando has conocido el cielo, no te conformas con el entresuelo

4 de mayo de 2016

Cuando has conocido el cielo, no te conformas con el entresuelo

Cuando has conocido el cielo ya no te conformas con nada, que no sea cielo. Aunque te lo vistan con lentejuelas y purpurina. O el cielo o nada. Así de sencillo. Así de difícil. Y me refiero tanto al amor como a otras muchas parcelas de la vida. Mujeres hay muchas pero diosas sólo hay una y es para toda la vida, la primera y la última. Puedes no conocerla y seguir tu vida como cualquiera o como un cualquiera, pero si das con ella y la conoces,  te rindes porque sabes que es única y que no va a haber otra.

Aunque ese cielo pueda ser un pequeño cacho, que no importa,  porque en  una ocasión una chica, una Diosa, la única que he conocido, me comentó que no se comprometía porque debido a su trabajo sólo podría dedicarle al chico el 80% de su tiempo. Si pudiera darle el 100%, añadió. Estuve tentado de decirle que yo me conformaba con tan sólo un 10%. E incluso un 1% de su tiempo, pero me callé.  Aunque podrá haberle comentado que prefería ese poquito cielo que el entresuelo, ya digo. Por eso el

cielo es para toda la vida y el entresuelo para pasar un rato.

Cuando has conocido la libertad, tanto de obrar como de escribir o leer ya no te conformas ni con una leve manipulación, tal y como pretendía Antonio Gramsci hace décadas; el fundador del partido comunista italiano del que dicen que inspira a  Podemos, pese a que murió hace 79 años. Más antiguo que el can can, que decía mi madre. No me extraña.
 La conquista del poder cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados 'orgánicos' infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios, pontificaba el italiano.
Exactamente lo que ha hecho Pablito Bananas y pretendía hacer: pillarse la televisión, los espías  y controlar   los medios. Llegó a confesar que no entendía que hubiese medios de comunicación privados porque era un atentado contra la democracia. Y su último gallo afascistado ha sido  amedrentar a un periodista como un vulgar totalitario que viene a quitarnos la libertad. Se le veía venir. 

Viene esto a cuento o colación porque ayer se celebró el Día Mundial de la Libertad de Expresión y como me enredé con urinarios, fuentes,  mierda en lata, bragas y demás lentejuelas fetichistas y artísticas, se me pasó la efemérides y no comenté nada. Se me olvidó liado como estaba buscando fotos provocativas y perversas para hacer más ameno el texto porque si las quitas  queda sólo  un tocho de texto  y no es cuestión. Y además lo mío es joder, llevar la contraria y pervertir las mentes de los tíos, que las tías ya vienen pervertidas de fábrica. Aunque ellas no lo sepan.

Así que se me olvidó el tradicional alegato a la libertad de expresión  porque a tenor de lo que pretenden los neocomunistas boliviarianos no corren buenos tiempos para la libertad, ni  para España, según el New York Times que ha editorializado sobre la crisis política de nuestro país, cosa rara,
Pero mientras España se prepara para una nueva elección nacional es importante tener en cuenta que la democracia no es la causa de los problemas, como podrían argumentar los líderes autoritarios, sino el reflejo de una nación que trata de solucionarlos.
Tienen razón los americanos, qué le vamos a hacer. Se nota que su corresponsal es bueno y nos conoce porque ellos, en general, no tienen ni idea de Europa. Ni les interesa. Ni nos miran. Rajoy no quiere que lo vean y ha propuesto  que en la campaña no se peguen carteles: Estoy dispuesto a que mi cara no salga. Claro, pero lo  que ocurre es que la tenemos ya muy vista. Son las 06:22 de la madrugada o mañana y la calle anda quieta, parada, como en una foto fija que veo por mi serviola pues no hace frío, aunque anda un poco nublado. Hace semanas que no veo ni oigo a Cosme Sísifo. Es probable que le hayan cambiado el turno o la zona.


No, me he equivocado porque parece que me han oído y ahora pasan dos. Trabajan y hablan entre ellos y se extiende tanto el silencio que oigo lo que comentan. Pero me  voy a la prensa, porque El País editorializa sobre las elecciones pero no dice nada nuevo. Los partidos tienen que dar ejemplo y los ciudadanos llenar de votos las urnas, etc. El Mundo no me permite ver los editoriales o no tengo ganas de buscarlos que hoy ando desganado y ni el café me espabila.

Busco temas para comentar y no encuentro nada que me anime entre las hojas de periódico y revistas que guardo con anotaciones y comentarios. Leo en un recorte que el escritor Vargas Llosa justifica  su amor por Isabel Presley, a los 80 años, porque aunque a esa edad se es anciano,  la exaltación, el goce, esa sensación de optimismo frente a la vida que te da el amor se vive exactamente a los 80 años como cuando lo vive un adolescente. Eso comenta ufano y enamorado. Más o menos. Y bueno es saberlo. Porque es cierto. Parece que volvemos a la adolescencia. Como los quinceañeros. Pero con más sensatez y prudencia. O con más idiotez y atrevimiento. Los años, ya se sabe.

Leo ahora que el candidato Ted Cruz se retira de la carrera a la nominación presidencial por el partido republicano y deja solo a Donald Trump, el del muro y la esposa que se pasea todo el día en tanga por la casa. No va a ganar frente a Hillary Clitnon, pero ahí está la peligrosa  tendencia al populismo, a oír lo que quieres oír, que está perdiendo el miedo pues en Austria van a ganar los que propugnan el cierre de fronteras frente a los refugiados.


El pueblo llano, de base, tiene miedo a los desconocido y sobre todo a perder sus derechos adquiridos pues son esos ciudadanos de clase media baja los que soportan el peso de la inmigración. Los ricos pagan impuestos pero no ven a un refugiado como no sea un empleado que cuida su jardín. El pueblo es el que comparte y reparte las  listas de espera en la Sanidad, la aglomeración en los colegios o la inseguridad ciudadana pues los pudientes viven en zonas tranquilas y con seguridad privada. No creo que Cristiano Ronaldo vea a un refugiado ni en la grada.

Y el pueblo que soporta la solidaridad que  otros cargan sobre sus espaldas, al final se encorajina y vota al que le promete seguridad y sosiego, es decir, al populista que promete  lo que no puede dar, ya sea de derechas o de izquierdas. Pero nuestros políticos no escarmientan y juegan a ser unos chicos buenos abriendo los brazos para que veamos qué solidarios son sobre las espaldas del prójimo. Pues qué bien. Luego se extrañan de que triunfe  la extrema derecha, por ejemplo, pero surge  gracias a los votos del pueblo que se refugia en lo que le da seguridad, ya digo.

Son las siete en punto de la mañana. Lo sé porque tocan las campanadas del convento. La iglesia en la que fui monaguillo y donde canté en la escolanía. Como no quiero quedar como un pervertido por las fotos que suelo poner, que lo soy y mucho, voy a colgar aquí una foto de aquellas fechas para que se vea que soy un chico bueno. Y que las otros fotos que pongo son inocentes, aunque nadie lo crea.

Buenas noches y buena suerte.

Agenda: Dentistas a las 09:15. Mercado con mi hermanica, cuando salga. Seguir ordenando las pelis fethis en el disco duro externo por sectores y subsectores. Tengo que llenar el disco para el futuro, cuando pueda verlas en la residencia de ancianos. A lo mejor las veo en compañía y todo. Cogidos de la mano.

Mobusi