A mi me gustan mucho más los caballitos de mar porque son fieles y con ellos sabes a que atenerte. Y además bailan juntos todas las mañanas y no follan con los delfines, ni lo pretenden, mientras que las monas humanas no quieren hacerlo con otros humanos porque les suele doler la cabeza.
A mi los delfines me dan miedo, mucho, porque esa risa sardónica que gastan puede ser muy graciosa pero yo también la he visto en algunos psicópatas antes de ir a votar. No me fío de la gente que se ríe porque sí, sin saber por qué. ¿Marín por qué te ríes?, me preguntaban en el instituto. Por nada, replicaba. Sólo los tontos se ríen sin saber por qué. Y tú aceptabas ser tonto porque no podías, ni debías, decirle que te reías porque habías tirado el lápiz al suelo para poder agacharte y verle las bragas.
Se iba a enfadar. De hecho se encorajinó mucho, según noté cuando me expulsaron. No es una proeza por mi parte pero viene a demostrar que la infancia es la patria, según decía Rilke, y que si en ella eres un salido también lo eres en la madurez. De chico eres pequeño verde y ya de más mayor eres viejo verde, como está mandado y es de ley, aunque otros quieran saltársela como
los panarras catalanes de las esteladas.
Y es que a uno ya le aburre lo de las banderolas, gallardetes, flámulas, grímpolas, banderizas, banderías, gallardolas, gallardas, bragas y pollas en vinagre de la tela del telar independentista catalán. Yo les aconsejo a los tontos del níspero, de uno y otro bando, que le pongan la bandera a los tangas de su novia y la paseen por el estadio. Ya verán como nadie les dice nada. Y si alguien quiere robar las bragas independentistas, la estelada huevo frito catalana, que lo denuncie porque las bragas son las bragas y si merecen reconocimiento pues en ellas va el honor del hombre, según Calderón de la Barca.
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Tanga y bandera conciernen al alma |
Sólo es un trapo que los tontos utilizan para que embistas y no hay que acudir a la llamada de la tribu. Que flameen los trapos, si quieren, pero que nadie embista. No seamos tan zambombos como ellos. En todo caso si flamean los trapos independentistas los demás podrían agitar una bandera franquista. ¿A que jode?... Pues es la forma irónica de reírse de ellos. Sin embargo los pitos y abucheos al himno son más propios de paletos, de poligoneros y canis, de perullos y perullas, todos y todas, camaradas y camarados.
Por eso en Francia si pitan al himno se suspende el partido. Pero allí son unos fascistas que no conocen a los demócratas españoles que pueden darles lecciones desde lo de Fernando VII. Se van a enterar de lo que vale un peine, digo, un demócrata español. Lo que no me explico es cómo se ven esteladas en los campos españoles pero nunca en los balcones oficiales de Cataluña. Se conoce que allí se avergüenzan de ella. La UEFA los multó por exhibir ese banderín estelado, envoltorio de chuches y capa de Caganet aterido, pero nadie dijo nada, ni Puigdemon que trae pinta y planta de abate de Monserrat, ni de Doña Urraca Colau que trae pinta de ella misma. En Carnaval se disfraza de ella misma y la confunden con ella misma.
A un tonto es cruel quitarle la tiza, el pito y la estelada, decía. O el juguete criminal como ha ocurrido con las lanzadas crueles al toro de Tordesillas que han sido prohibidas, como ya las prohibió el dictador Franco de 1964 a 1970. El País editorializó ayer apoyando la decisión al considerar que una sociedad civilizada no puede convertir la crueldad y el ensañamiento, en motivo de orgullo y celebración. España no podía verse reflejada en un espectáculo tan indigno y anacrónico.
La soflama parece un alegato contra el aborto pero no, es a favor del toro que sí tiene protección jurídica mientras que un feto de un ser humano no, porque las madres tienen el derecho de interrumpir su vida. Tiene tela. Es cruel que un animal nazca para ser torturado, argumenta una tonta con ribetes y cenefas. También es cruel que un pollo nazca para ser comido y permanezca toda su corta vida en una jaula del tamaño de una caja de zapatos. El toro al menos corre por la dehesa y folla con las vacas. Y a mi no me gustan los toros, ni los correbous catalanes, que conste.
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Pócimas con mucho peligro |
Más peligro que el director de 20 Minutos que es más sectario de rompe y rasga que si lo hubiéramos mandao hacer de encargo. Este es el único periódico del mundo donde hay que leer la letra pequeña porque si te quedas en el titular te engañan y te dan panga por merluza. Así que los resultados de un estudio sobre los refugiados realizado por Amnistía Internacional, son interpretados por el señorito director de acuerdo con sus cánones y querencias: El 97% de los españoles está a favor de aceptar refugiados.
Una noticia estupenda que me ha alegrado la madrugada, pero he ido a la letra pequeña y te enteras de que el 82% no los acepta en su casa, o sea, que muchos refugiados para el vecino, pero en mi casa ni se te ocurra, oye, que yo soy solidario pero sin pasarse que ya dicen que los excesos no son buenos y con el pan de mis hijos no se juega. La noticia es que la inmensa mayoría no quiere acogerlos y delegan en el Estado o en el vecino, para quedar chachi piruli de solidario pero sobre las costillas de los demás. Como siempre en este país de Don Periquitos larrianos. Que pague el Estado. No son solidarios con su dinero, sino solidarios con el dinero de los demás, que es gratis, y constato que no me afecta.
Al final a los refugiados los meten en barrios de obreros y son éstos y la clase media los que contribuyen a la solidaridad al ceder el lugar en la cola del médico, en las camas de los hospitales, en las clases de sus hijos, en la ventanilla del banco y en la seguridad ciudadana, pues los pudientes gastan sanidad privada, colegios privados, guardias privados, gestores bancarios privados y barrios privados o casi.
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Corsé underbust con fresas. |
Aquí ocurre como cuando todos los vecinos querían que se tratara a los toxicómanos, faltaría más, pero ninguno aceptaba que el Centro de Desintoxicación estuviera en el barrio, uy, no vaya a ser que contagien de sida a nuestros niños. A mí esta burda manipulación me da risa, qué quieres que te diga Escolar de mi vida, prímula de mi alma, candil que me alumbra, cebollo cuellicorto, pisaverde cariacontecido e hipócrita de celofán y vanguardia.
Escolar parece que no quiere que la noticia le joda el reportaje. Usted mándame las fotos que yo pondré la guerra, admitía un director de periódico, Orson Wells, en su película Ciudadano Kane, basada en un hecho real, cuando el magnate de la prensa amarilla Rudolf Hearts quería vender más periódicos y provocó una ola de cabreo populista a favor de la guerra con España. Y perdimos Cuba.
Lo cuenta la Wikipedia: Frederic Remington, un artista contratado por Hearst para proporcionar ilustraciones que acompañaran una serie de artículos sobre la Revolución Cubana, quedó pronto aburrido en Cuba ante la imperante tranquilidad y envió el siguiente mensaje por cable a Hearst en enero de 1897:
- Todo está tranquilo. No hay problemas. No habrá guerra. Deseo volver.
La respuesta de Hearst fue:
- Por favor, manténgase allí. Usted proporcione las imágenes y yo proporcionaré la guerra.
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Al fin del mundo, jaquetona. Y a una playa nudista. |
Yo no quiero este amor de tiempos modernos, donde tener un like en una foto vale más que una caricia, que un beso romántico. Quiero un amor verdadero, que me eleve hasta las nubes pero que tenga los pies bien puestos sobre la tierra.
Es la confesión de una chica, Lluvia Márquez, que tiene las ideas muy claras. Uno está virgen y lo único que no he encontrado en mi vida es ese amor al que entregarse, de verdad, preso de una deliciosa y voluntaria esclavitud. Una jaquetona dominante y cariñosa, como la de la foto, que te gobierne con estricto cariño, severidad y ternura, y que sea tan inteligente que sepa diferenciar y no confunda ésto con el masoquismo.
No es lo mismo, qué va. Algunos lo sabemos, pero ellas no lo entienden y te suelen tomar por enfermo pervertido o se aburren y te llaman empalagoso por querer amarlas sinfín, sin límites. Se conoce que no las hay. Me voy a morir sin saber cómo son, las Amas de verdad. O quizás son como las de los anuncios y las pelis: insultonas, maleducadas y gritonas, sin clase, elegancia y sofisticación pues yo la ordinariez no la soporto. Y más ahora cuando el pececito ya no mueve la cola. He estado guardándome solterón y virgen para la mujer de mis sueños y si algún día la encuentro ya no merecerá la pena porque no hay fuste, tronío, ni movimiento de cola, y tendría que buscarle un negro mandingo.
Y no creo que me acepte, sin movimiento de cola, una jaquetona estricta y dominante con esos muslazos que no son carne sino columnas jónicas a las que atarte. Y para entregarte tienes que quererla y admirarla y no se admira a una Belén Esteban con fusta. Ha de tener clase, elegancia y carácter estricto, y yo sólo conozco a una. Y ademas no tiene una columna sino dos pedazo de columnas jónicas. Y dóricas. Y corintias. Está más buena que la de la foto. Lástima del pececito que se ahoga al no poder mover la cola. Pero sus muslazos son columnas.
Foto: Conrado Navalón |
La foto es suya y por eso he decidido asesinarlo poco a poco pues el amigo ha colocado la foto en la que salgo más feo. No las he visto. Aunque puede ser que esta sea la mejor de todas y entonces el pobre ha hecho lo que puede. Tampoco se le pueden pedir milagros. Un abrazo, Conrado y como dicen todos, de novios, nunca cambies. Luego te hacen cambiar a tortazos, pero esa es otra historia.