Antonio F. Marín: Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

19 de mayo de 2016

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, comienza uno de los últimos poemas de Pavese.  Oh, amada esperanza/aquel día sabremos, también/que eres la vida y eres la nada. Tremendo lo de este hombre que terminó por suicidarse. Punto y final. Y hasta más ver. 

Pavese se suicidó tras años de impotencia sexual y eyaculación precoz, que le hacía sentirse humillado ante las mujeres.  Yo también he llegado a ese culmen de la edad en la que te sientes  inhibido sexualmente, que es una manera muy fisna de decirlo porque la realidad es que no se te pone la polla dura.  Cuando eres joven ves una escoba con faldas y presentas armas, pero en los aledaños de la muerte estás en la reserva activa, suponiendo que preparándote para que quepas en la caja.

Además a mi me libra del ridículo el que también lo sea estando casto, sin mujeres, lo que me evita la humillación. Algo es algo. Y además los jóvenes también están pringados y  yo he sobrepasado ampliamente los 50 por lo que he estado en el servicio activo más años que nadie. Pero llega un momento en el que tiras la toalla.  Y bajas el telón. Estoy cumplido. Bastante he hecho que le ha dado tute a muchas que no se lo merecían. Pero que te quiten lo bailao, verdad usted.  Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. A mi me ha venido todo de golpe: la barriga y el sanseacabó. Malditas pastillas del 

tratamiento que curan, sí, pero a qué precio. 

Si la muerte te saca la lengua... qué hermosa
Pavese se suicidó, ya digo. Yo lo estoy pensando porque es muy duro que el cerebro se te siga poniendo duro, más duro aún que antes, que estés todavía más salido que cuando eras joven pero  ya no puedas ni apuntar la  escopeta. De disparar ni te cuento, limeño. Menos mal que no tengo novia porque no tengo liquidez para contratar a un negro mandingo que la ponga guapa. Eso que me ahorro. 

No hay mal que por bien no venga, eso dicen. Lo reconozco aquí en público porque cuando le toque el culo a alguna chica, como ya lo sabe,  se quedará tranquila. Pobrecico, si no puede, dirán. Y tú tocándole el culo. Les quitas el miedo. Tienes salvoconducto  para hacer perrerías. Nadie se suicida porque la muerte es el destino, escribió el maestro. Y es verdad.

Oigo la escoba de Cosme Sísifo barriendo y barriendo lo que va a volver a estar sucio (qué marranos son los ciezanos, por cierto), y me asomo a mi serviola porque ya clarea, va a amanecer pues son las 06:14 y los jornaleros pasan con sus neveras camino del campo. El silencio no es clamoroso pero si sereno, que es lo que yo busco. Luego, el barullo, los coches, las conversaciones en los bancos que se oyen como si mi estudio fuera el plato de Sálvame. Me entero de todo, cuando no quiero enterarme de nada. 

El rey, Rajoy, Ribera y Pablo Iglesias en primera fila ante el altar, en misa, que París bien lo vale.
Leo en El País que Sánchez creará un impuesto específico para pagar las pensiones subiendo algunas tasas, como ya se hizo con la gasolina para pagar la Sanidad y se hace en Francia. No es nada nuevo. De todas formas haya o no impuestos las pensiones hay que pagarlas y el dinero saldrá de los ciudadanos porque la máquina de imprimir billetes la tienen los alemanes, afortunadamente.  No dicen nada de subir las pensiones mínimas para igualarlas con el salario mínimo, que es de justicia. Ninguno lo dice, ni los rojos de cuchufleta. Los nuevos y los de toda la vida. Ellos se conforman con pillarse la justicia, la policía y los espías y van aviaos. Querrán jugar a policías y ladrones. O a tribus y mazmorras. Esto de acostarse con críos es jodido pues te amanece viendo Juegos de Tronos, en vez de tocándole el culo a tu princesa. 
 
Si me caso podré por fin ver tetas. Qué gozo.
Vuelvo a lo mío del suicidio porque  me dan ganas de ser de verdad el epígono de Pavese que sí tuvo arrestos para hacerlo, aunque  antes del adiós con el  corazón escribió:  Uno no se mata por el amor de una mujer. Uno se mata porque un amor, cualquier amor, nos revela nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestro desamparo, la nada. Y luego se mató tras no conseguir contactar con las últimas amigas. Sólo,  en la habitación de un hotel. Aunque el primer libro lo tituló El trabajo cansa, todo un alegato  provocador porque es cierto. A mi me cansa mucho. Se lo he dicho siempre a  las chicas,  y siempre me han dicho que no tenían intención de ponerse siempre encima. Ahora no hace falta.

Pero el trabajo cansa, es cierto, y por  eso el presidente de la patronal no se entera y llega el hombre y asevera que los contratos fijos son cosas del siglo XIX. Bueno es que tenemos unos empresarios del siglo XIX así que están a juego. Mientras los empresarios no sean modernos y todavía anden por la revolución industrial de Manchester los contratos tendrán que ser en consonancia de antiguos, es decir, fijos mientras la patronal esté también fija y anclada en ese siglo.

Uno  prefiere los contratos temporales porque así es más fácil despedir al jefe, pero allá cada cual con sus manías y obsesiones. Es normal que todo el mundo quisiera ser fijo y por eso de la Universidad salen funcionarios a punta pala y cañón. Pero un servidor prefiere estar libre para vender mi producto a la mejor editorial. No me gusta estar fijo con una. Hago una subasta y  la que más pague se lo lleva. Pero uno comprende que el casado casa quiere  y  también  contrato fijo porque hay que dar de comer a los churumbeles  y pagar la hipoteca

Si me caso tendré habitación nueva. Qué gozo.
En Estados Unidos no hay contratos fijos ni casi hipotecas porque tienen como tradición  la movilidad laboral: te ascienden, cobras más y te vas donde te dicen a vivir de alquiler (véase las pelis americanas). En el fútbol tampoco hay contratos fijos y cada club oferta lo mejor para el jugador que es bueno, claro, porque Messi no cobra lo mismo que un portero. Porque si se va el portero hay tropecientos para sustituirlo, pero Messi no hay más que uno. Y por eso se paga, por eso los aficionados al fútbol pagan entradas asquerosamente caras para verlo. Si Messi cobrara lo mismo que el portero no metería goles ni se esforzaría. Si a mi pagan lo mismo que Arturo Pérez Reverte por publicar una columna,  él no se esforzaría. Es lógico que el cobre y yo a ratos. 

Apañaos vamos con esta tropa regenerada, emergente, muy limpia y hacendosa, muy amiga de sus amigos y  virgen de polvo y paja porque los ciudadanos de Murcia, la sucursal de la región, ha cargado los gastos de la campaña electoral a la Asamblea regional con el fin de que se la paguemos todos los murcianos, pero dos veces. Lo cuenta El País, que yo no conozco a nadie y estoy de paso.

Underbust de verano
Underbust de invierno



















Mientras tanto yo sigo  preparándome el ajuar pues he encontrado sinfín de páginas que venden Underbust Corset (bajo busto, es decir, con las tetas al aire to' salerosas). Negro, por supuesto, que es más elegante pues el rojo parece más propio de una cantinera del Fart West. Y el blanco sólo sirve para la noche de bodas. Y además los he encontrado de invierno, normales, e incluso de verano con rejillas para que la susodicha transpire y no se ahogue que ellas son muy remiradas y te ponen mil excusas como que hace calor. ¿Calor? Pues toma: uno de verano que aquí estamos preparados para cualquier vicisitud e imprevisto.

Underbust otoño/invierno
Los hay para todas las temporadas y para lo del 24/7. Tengo que consultarlo con mi preciosa nieta, pero su opinión no cuenta porque es muy  pudorosa y remilgada. A ver cómo la convenzo para que vayamos a una playa nudista.

 Buenas noches y buena suerte

Agenda: Llamar al hospital Ayer no vi al mercadero que me aviso de lo de los 10 euros por carrito. Se conoce que lo han linchado las marujas, pero no le vi el pelo y no pude contrastar la información.  Así que no la publico.

Mobusi