Antonio F. Marín: A los hombres tambien

11 de junio de 2017

A los hombres tambien

A los hombres también les duele la cabeza porque un 66% reconocen haber usado alguna excusa para no tener que cumplir en la cama. Aunque ellas lo hacen máas pues el 98% de ellas pone excusas del «me duele la cabeza o estoy muy cansada. Me gustaría conocer a ese 0,2% que nunca les duele nada y siempre están dispuestas para el chiquichiqui.

Las excusas de los hombres son de lo máas estúpidas como tengo que sacar al perro o he bebido mucho (esta me la creo más). Aunque los expertos creen que las excusas de los hombres provienen del miedo al fracasaso, del miedo a pegar el gatillazo.

Es jodido pegarlo, ya digo, porque tu placer proviene de ver que ella lo tiene (de verdad) y sobre todo porque te has de gastar más dinero en una nueva alcachofa para la ducha. Es muy duro tener que levantarse con el frío para comprarla.

Son las cosas del querer que creo que rememoraba Joaquín Sabina quien por cierto ha reconocido que respeta mucho a los votantes de Podemos, «pero no me gustan sus dirigentes». Y añade: «No hay otra manera de acabar con el terrorismo del ISIS (los islamistas rabiosos que asesinan niños) que echando mano de la guerra y si no se hace es por la enorme cobardía de los grandes imperios que no quieren que sus ciudadanos vuelvan en ataúdes. Es decir: «Sí a la guerra» cuando hay una causa justa como lo es esta y en eso coincido
con él.

Coincido con él, ya digo, porque España no es un gran imperio (más bien una ráfaga de pachuli), pero es que aunque lo fuera, por aquí ha cundido el «no a la guerra» aunque Boko Haram siga esclavizando niñas, prostituyéndolas y convirtiéndolas en esclavas sexuales. ¿Dónde andan las feministas, por cierto?

En Londres se han sucedido tres ataques terroristas en sólo un mes y nuestra única defensa es la impotencia porque no se puede detener a los cerriles pues no se trata solo de que respondan a injusticias por los bombardeos sobre Afganistán, sino que su violencia es cultural pues hace poco los islamistas se encorajinaron mucho (con fatua incluida) por el anuncio de una empresa China que vendía un artilugio para aparentar ser virgen, pues creían, y creen, que el marido debe desvirgar a su esposa rompiéndole el himen. Y por eso Abdel-Moati Bayoumi, del centro de Investigación Islámica, ya ha emitido una fatua condenando a los importadores porque “expanden el vicio y animan a las chicas a mantener relaciones ilícitas al saber que pueden ‘recuperar’ su virginidad”. Ni el padre Ripalda, oye.

Todo por el placer del macho con la complicidad de la pensantía jaujaprogre para apoyar que la Seguridad Social pague las reconstrucciones del himen de las musulmanas con objeto de que “puedan así casarse sin trabas del marido y emanciparse” (El País). O sea, ser libres por la virginidad hacia Dios. «Cuando soy débil os reclamo la libertad en nombre de vuestros principios y cuando sea fuerte os los negaré en nombre de los nuestros», nos prevenía Charles de Momtalembert

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.

Mobusi