Lo dice él, que conste, que a mí que me registren, porque me han educado de otra manera distinta a la del autor más mimado y premiado por la dictadura franquista, es decir, el rodrigón de Antonio Gala que ayer escribía que el ser humano es una mierda y que, por tanto, es una broma que pueda querer ser eterno con la resurrección. Y escribe: "Es decir, somos una mierda. Todos. Y, no obstante, aspiramos a durar eternamente. A eso se le llama sentido del humor".
Antonio Gala fue el autor predilecto de la dictadura y junto a Conchita Velasco se dedicó a contemporizar cómplice con el franquismo y a ganar muchas perras, porque la chica yeyé, hoy socialista convencida, se ofreció para rodar anuncios
del régimen saltando bajo el aguilucho para recomendar la magnesia, digo la gimnasia, y también recogió sus premios como Antonio Gala.
La ninfa del franquismo se dedica ahora a poyar a Zapatero mientras el rodrigón "rojo" se dedica a predicar que todos somos una mierda. Nótese que piensa el ladrón que todos son de su condición, es decir, que él se reconoce como un mierda y de ahí infiere que todos los demás también lo son y que no merecen ser eternos. Y no sé, porque uno sí quiere que Ava Gadner o Marilyn Monroe sean eternas, que sus culos y caderas fueran eternas, pero Antonio Gala no. Porque efectivamente es un mierda.
Es decir, que Antonio Gala debería pudrirse (ya está algo podrido), y Marilyn Monroe y Ava Gadner deberían ser eternas. Muy eternas. De hecho ya lo son y lo serán. Y también hay culos como los de la foto de arriba que merecen ser eternos. Y pongo estos ejemplos obvios para que el autor predilecto del franquismo entienda que porque él se descubra de pronto como un tío mierda, no debe entender que toda la humanidad lo es porque evidentemente él no es toda la humanidad y Gaudí, por poner otro ejemplo, también podría ser eterno.
De hecho Gaudí que era católico confeso, va a ser eterno, ya es eterno, debido a la excelencia de su obra, mientras que el rodrigón, que se reconoce como un tío mierda, jamás lo será y ya está olvidado en vida porque no se come un colín. Y ahí sí que duele. Y huele. A mierda. Tío mierda.